—¿Dices que ella piensa en mí? — Las cejas de Pol se arquearon ligeramente, su mirada fría como el hielo—No me insultes. ¿Ella es adecuada? Ni siquiera Juan, que es su hermano de sangre y el hijo menor de la familia Pérez, merece su gran preocupación. ¿Qué piensa ella que es? ¿No tiene conciencia alguna? Solo quiero ver si Esperanza realmente sería capaz de ayudarme a deshacerme de Juan. Si ella no puede hacerlo, no garantizo que reciba un trato humano bajo mi custodia.

Héctor estaba bastante perplejo, con un destello de total desconcierto en sus ojos.

Resulta que Pol aún tenía a Esperanza a su lado solamente para utilizarla para deshacerse de Juan.

Algunas personas, una vez que sospechan, no pueden liberarse.

En ese momento, el teléfono de Héctor vibró y él respondió de inmediato, su rostro cambiando drásticamente. La sorpresa y la gran inquietud se mezclaban en su expresión, como la calma antes de la tormenta.

—¿Qué pasa? — preguntó Pol, su voz con un dejo de alerta.

—Pol, acabo de r