Capítulo1652
—Hija, ¡saca las buenas botellas de vino que guardamos en casa! ¡Hoy quiero disfrutar y estar realmente feliz!

Urbano, después de presenciar un buen espectáculo hoy, entró riendo y satisfecho a grandes carcajadas, asustando a las cacatúas que revolotearon alrededor.

—¿Cómo es que aún no se muere? ¿Cómo es que aún no se muere? imitó el loro, copiando perfectamente el tono de Urbano.

—¡Jaja…! Pequeño lorito, acertaste. Esta vez, el viejo realmente está a punto de morir. ¡Esta vez es de verdad! Urbano se sentó en el sofá con una amplia sonrisa de oreja a oreja, jugueteando con el pájaro.

—Papá, ¿por qué estabas tan ruidoso esta tarde en casa? Me despertaste de la siesta.

Carolina, con el pelo suelto y bostezando perezosamente, bajó las escaleras de forma lenta y preguntó: —¿Qué ha pasado? Te veo tan contento.

Urbano se sentó con toda la tranquilidad en el sofá, levantando las comisuras de los labios de manera siniestra: —Esta tarde, en la junta directiva, ¡Julio tuvo un fuerte ataque en p
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