Capítulo1626
Las palabras aún resonaban cuando Dámaso, con una expresión sombría, se levantó de repente. Tomó una vara de manos del mayordomo y se dirigió rápidamente hacia Teófilo.

De repente, un dolor agudo en las piernas lo golpeó. Dos guardaespaldas aparecieron sin previo aviso, y con un solo golpe, lo hicieron inmediatamente arrodillarse.

—¡Hijo desobediente! ¡Has cometido un error tan grande! ¿Cómo te atreves a reír? ¿Cómo te atreves siquiera a hablar de nuevo?

Dámaso, con los ojos enrojecidos, levantó el brazo y la vara dura y fría golpeó fuertemente la espalda de Teófilo, emitiendo un sonido sordo y bastante aterrador.

Pero Teófilo apenas emitió un sonido, solo un leve gemido.

Golpe tras golpe cayó sobre su espalda. Sus brazos fueron completamente inmovilizados por los dos guardaespaldas, dejándolo sin posibilidad de defenderse. Cada golpe resonaba en sus entrañas, causándole un dolor agudo y penetrante. Su visión se volvía cada vez más borrosa y el sabor de la sangre en su garganta se inte
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