La noticia de la captura del asesino naturalmente llegó primero a Leonardo.

Aunque él ya estaba mentalmente preparado, cuando escuchó que la persona que arrestó al asesino en el acto era Víctor, pasó toda la noche sin poder cerrar los ojos. Su mente no dejaba de dar vueltas, sintiendo que su mundo entero estaba a punto de colapsar.

—Leonardo, en realidad no necesitas entrar en pánico.

El secretario, con una expresión bastante astuta, dijo: —Este tipo de riesgo, ya lo tenía en cuenta desde hace muchísimo tiempo. El hombre que encontré no fue directamente asignado por usted, y, además, tenemos pruebas que lo comprometen. Su esposa e hijos están bajo nuestro control, él no se atreverá a mencionarlo. Si quiere proteger a su familia, solo puede guardar silencio.

—No solo guardar silencio.

Leonardo apretó la sien adolorida, sus enrojecidos ojos destellaron una luz fría y siniestra. —También debe, echarle toda la culpa de este asunto a Eduardo. Necesitamos un cerebro detrás de esto, de lo con