Capítulo1319
Víctor miró a Luisana.

Luisana le devolvió la mirada, más molesta, y preguntó con voz profunda: —¿Julio, lo trajiste tú?

Víctor parpadeó, con una expresión seria que marcaba límites claros. —Soy el hijo de Julio, pero no soy un traidor. ¡Mi corazón siempre estará con Clara!

Las palabras ingeniosas de Víctor hicieron que Luisana no pudiera contener la risa y preguntó en voz baja: —¿Qué hacemos entonces? ¿Abrimos la puerta?

Víctor, con las manos en los bolsillos, se rio entre dientes. —Si no la abres, ¿crees que mi papá no la desmontará?

Luisana, sin atreverse a descuidar a Julio, respiró hondo y abrió la puerta.

En el patio verde de la villa, los guardaespaldas de la familia Pérez se agolpaban, imponentes.

Julio, con el rostro tan serio como la nieve, se mantenía en la puerta con Rubén a sus espaldas. En el instante en que vio a su hijo menor, quedó atónito.

Rubén también estaba bastante sorprendido. —¿Víctor?

Víctor se rascó la cabeza. —Papá.

Julio miró a su hijo, luego miró a Luisana.
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