Capítulo1125
—Clara, soy yo—Alejandro resonó en su mente, su voz fuerte y áspera como si estuviera llena de arena.

Él abrazó con fuerza el cuerpo tembloroso de Clara, como si temiera que ella se desvaneciera en el aire si lo soltaba un poco se golpeara fuertemente. Su corazón latía con un dolor agudo. —Clara, dime dónde te duele. ¡Rápido, dime!

—¡El caballo, el caballo! —Clara, recuperando su capacidad de pensamiento, pensó de inmediato en el pobre animal. Se esforzó por liberarse del abrazo del hombre y se arrastró hacia el caballo caído, respirando con dificultad.

—¡Clara, vuelve aquí! —Alejandro la llamó desesperadamente, su voz ronca y angustiada, mientras se apresuraba tras ella.

En ese momento, el personal médico, Diego y Rubén también llegaron. Sin embargo, nadie pudo detener a Clara, cuyos ojos estaban enrojecidos por el llanto.

Mientras tanto, en el público, la vista de Alejandro corriendo hacia la pista y sosteniendo a Clara herida, ignorando a todo lo demás, dejó a todos realmente sorpre
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