Capítulo1067
Cuando el asistente salió por la puerta de la prisión, ya era tarde.

Aunque ya era primavera, el viento de la mañana y la noche en México aún estaba un poco fresco.

Alejandro se quitó la chaqueta y la colocó sobre los hombros de Clara, luego la rodeó con su brazo, acercándola tiernamente a su pecho.

Parados en la oscura noche, escucharon el susurro del viento entre las hojas de los árboles. Aunque sus expresiones eran calmadas, sus corazones estaban llenos de una gran emoción, como el viento que no cesa.

—Él lo ha admitido todo—Después de un rato, Clara abrió ligeramente sus labios rojos.

—Sí, ha confesado todos los hechos criminales. — Alejandro agarró con ternura sus hombros redondos, y el peso que había llevado mucho tiempo se liberó finalmente. —Todo está a punto de terminar.

—¡No, aún no! Ismael aún sigue desaparecido.

—Pero el caso de Ismael no tiene relación con el del asistente. Su testimonio no sería de mucha utilidad en el caso del asistente.

Clara levantó su rostro con una e
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