Capítulo100
—Señor Hernández, es que no tienes fortuna.

Alejandro se quedó aturdido y de repente apareció la imagen de los grandes ojos claros de Irene, llenos de inocencia y un poco de tristeza. Sabía que ese cuidado no existiría en el futuro, y si dijera que no estaba decepcionado, estaría mintiendo.

—Irene no es mi fortuna, ella es mi desgracia.

Con una mirada sombría, Alejandro regresó a su habitación y vio una caja en la mesa. Reconoció la caja de la tienda de sastres y pensó que la ropa debía haber sido reparada, así que abrió la caja rápidamente. Dentro de la caja estaba el traje de alta calidad, con una renovación en el interior y casi sin costuras en la superficie, realmente era una buena artesanía. Alejandro sonrió satisfecho y se le extendió una sonrisa por la comisura de sus ojos y cejas.

—Todavía tienes a la señorita Isabel en corazón, ¿verdad? —Alba preguntó felizmente al ver que estaba tan absorto mirando la ropa.

—La ropa está bien, después de todo, ha sido un gran esfuerzo, no
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo