Daniela sentía que Sebastián le había asignado esa tarea solo porque no quería verla sin hacer nada en lo absoluto, aunque en realidad ella no estaba desocupada. Pero, si él quería que organizara el té de la tarde, ella decidiría cómo hacerlo.

Como no conocía bien el funcionamiento interno del grupo Romero, no quiso tomar decisiones precipitadas. Después de pensarlo muy bien, decidió acudir a Dara, la única persona que conocía en la sala de secretarias.

Dara le explicó en detalle cómo solían ser los tés de la tarde.

—Generalmente, son frutas frescas y una taza de té con leche para cada persona.

Daniela lo entendió rápidamente.

—¿Y qué pasa si quiero invitar a toda la empresa al té de la tarde?

Dara se sorprendió muchísimo.

Ella había escuchado claramente a Sebastián decir que invitara solo a las secretarias. Daniela era muy audaz al querer extender la invitación a toda la empresa.

Daniela levantó muy pensativa una ceja: —¿Por qué no? ¿No puedo invitarlos a todos?

Dara pensó po