Janice estaba atónita y pensó en algo, dijo: "No eres un empleado de la estación de televisión, olvídalo".

"Voy a comer aquí hoy”.

Miró a su alrededor, ignorando las miradas de la multitud, y caminó hacia la mesa de pedidos.

Al ver eso, Janice se puso ansiosa porque no había dinero en él.

"No, no puedo dejar que se entere”. Pensando en esto, lo persiguió apresuradamente.

"Dos platos, por favor"

Frente al mostrador de pedidos, Christoper entregó la tarjeta.

Pero ya era demasiado tarde para que Janice lo detuviera, su tarjeta de comida ya había sido tomada.

Justo cuando de repente tuvo una sensación siniestra, una voz salió de la ventana.

"Señor, la cantidad está vacía".

Tan pronto como terminó de hablar, Janice se sintió extremadamente

avergonzada. Miró a Christopher débilmente, solo para descubrir que no había expresión en su rostro.

Janice estaba confundida.

"¡Recarga treinta mil!"

Christopher habló de repente.

Sacó una tarjeta bancaria de su bolsillo y se la entregó.