MYLA

            Pero si estaba asustada, ahora estoy cagada del miedo. Su mirada es oscura y dura y está llena de promesas. Sé que ésta vez no bromea con nada de lo que ha dicho. Ya ha perdido el control conmigo y sé que de ahora en adelante ya no se va a contener. Ahora tengo que afrontar las consecuencias porque algo me dice que va a infligirme dolor muy voluntariamente y no sé hasta dónde sea capaz de llegar y si lo podré soportar. Da unos pasos atrás y se quita la camisa. Agarra el tapón anal más pequeño y el lubricante y vuelve a arrodillarse detrás de mí. Mi corazón golpea fuerte en mi pecho. Mis piernas todavía están separadas por lo que tiene fácil a acceso a mi coño y la cara interna de mis muslos. Me agarra de la cadera y me hala hacia atrás tratando de poner mi t