Cristián retoma su compostura y luego observa a Isabella que está cruzada de brazos y una mirada fulminante.

—¿Que haces Cristián?— pregunta ella enojada

—vengo a ver a mi hijo, y me encuentro con la desagradable escena de que ese asistente de mierda estaba aquí y tú lo abrazabas muy feliz— la acusa él lleno de celos

—¿Y?— pregunta ella permaneciendo serena

—¡No puedes hacer esto! Eres una mujer casada— recalca Cristián e Isabella arquea una ceja

—¡Oh enserio! No lo sabía, por favor no seas idiota Cristián, si vienes por el bebé es por él, aquí entre tú y yo no hay un compromiso de amor, así que no me jodas y déjame en paz— Isabella lo mira muy mal y luego se da la vuelta para marcharse

Cristián la agarra de la mano, y ella siente una corriente recorrer su cuerpo.

—¿Ahora que Cristián?— Isabella revira los ojos y este no lo soporta, no puede tolerar la actitud de Isabella, él la agarra de la cintura y la besa siendo posesivo, la señora Victoria que los vio desde su habitación sonrí