Ni contando hasta el cien se me quita el maldito coraje, pero lo peor es que lo único que puede hacer fue acomodarme un poco para Matt no supiera que estoy aquí, por suerte funcionó porque después de que hablaron unos cuantos minutos él se fue, así que Jane me ayudó a salir pidiéndome disculpas. -Sólo cállate... —bufé quitándole la servilleta para limpiar el helado que cayó en mi ropa mientras caminaba al auto, en cuanto ambas subimos a esté comencé a conducir hacia el departamento. -Perdón...es que recordé la ropa que te di y olvidé que si tenías los tatuajes cubiertos. —dijo Jane después de unos minutos. —solo quería ayudar a que no los viera. —apreté mis manos con fuerza en el volante. -Te dije que lo olvidarás...da igual, sólo quiero bañarme, te veo a las doce en el estacionamiento. —le dije en cuanto llegamos, bajé del auto caminando rápido al ascensor, cuando ella subió no dijo nada, así que salí de este sin despedirme y entré a mi departamento quitando mi ropa sucia. Me fui d
La noche estuvo bastante agotadora, pasarse toda la madrugada contando y repartiendo el dinero no es tan fácil cómo parece, además de organizar las malditas peleas de la semana sin poder participar es un asco. Lo único que alegró mi noche fue saber que Carlos perdió su dinero y su auto. En fin, después de darme una ducha en las regaderas de la bodega le pedí a Diablo que me llevará porque no tengo ánimos para conducir además de que el sueño me está matando, pero cómo la vida me odia justo cuando estaba mandándole un mensaje a Jane recibí uno de mi jefe pidiéndome que vaya a su casa. Así que tuve que pedirle a Diablo que me llevará. Unas cuadras antes de llegar bajé del auto bostezando, pero antes tuve que darle mi arma a Diablo porque si el bab*so de mi jefe me ve con eso estoy segura de que no me salvo de su drama. Fruncí mi ceño al acercarme a tocar el timbre, odio caminar, pero más odio a mi jefe y lo digo porque me acaba de abrir la puerta con una cara de perro que me quiere morde
-¿Allison estás bien? —la voz de Matt me sacó de mis extraños pensamientos y le asentí sonriendo levemente. —espero te guste. —no puedo describir su sonrisa, siento que es diferente, es cómo de…¿ilusión y nervios? -Sí...lo siento es que esto me sorprendió demasiado. —y sí que lo hizo, no sabía que era tan...cursi, en serio quería que se enojará y me corriera de su vida a patadas. —todo esto es muy…lindo. -Estuve pensando en que si no recuerdas lo que ha pasado podría conquistarte de nuevo, quiero que te sientas cómoda a mi lado, que no me veas solo como tu jefe y lo nuestro sea serio. —dirigí mi mirada a sus ojos escuchando atentamente sin poder creerlo, digo ambos somos unas personas que no están acostumbradas a estar atadas y dudo mucho que él deje eso por mí, ¿porque lo haría? algo trama, estoy segura de eso. -Entonces tendrás que dar tu mayor esfuerzo para que eso pase y sé que yo también, tal vez eso funcione, quizás pronto mi memoria vuelva. —sonreí asintiendo despacio mientra
-Allison...tenemos que hablar. —la voz de Matt a mis espaldas me hizo estremecer, lo observé levantando una ceja, él me miraba con su ceño fruncido sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y se veía bastante molesto...hipócrita, la enojada debo de ser yo. Es tan difícil que conozca a alguien que sea sincero, desde que tengo memoria cada persona que conozco me ha mentido y me ha dañado de formas inimaginables. Tal vez suene hipócrita de mi parte, pero lo que hago es por algo bueno, aunque sé que eso no justifica que mienta, pero, no tengo porque comerme la cabeza tratando de averiguar porque Matt y esa tipa están juntos es más que obvio...él es un p*to y ella una zorra, pero lo que me molesta es que él tenga el descaro de arrastrarme hasta afuera del restaurante para interrogarme del porque estoy con Marcus.... ¡es un jod*do imbéc*l! -Señor Carpenter, sus estúpid*s palabras de hace rato se las pude meter en…dónde guste, creo que es obvio que a usted le gusta estar...cómo decir
Mientras Iván hacia lo suyo con ese hombre, que por cierto es el hombres que trabaja con Antonio, el idi*ta al que se le ocurrió ponerme las manos encima, así que obvio que de aquí no saldrá vivo, pero, en fin, mi papá me mandó llamar así que al entrar a la oficina de la bodega frunciendo mi ceño al verlo sentado en mi lugar y con todos los demás sentados a sus costados, me senté frente a ellos cruzándome de brazos, incluso estaba Jane... ¿ella que hace aquí? -Estamos reunidos porque es momento de una intervención...tu actitud no está ayudando en nada, te estás pasando y ya no lo voy a permitir más, Marcus tiene razón, no fueron las palabras correctas, pero sabes bien que es verdad, no puedes seguir así con las únicas personas que te quieren y te han salvado más de una vez la vida. —abrí mi boca para replicar, pero por cómo me miraron decidir callar por esta vez. —y no, no te lo estamos restregando en la cara, sabes bien que no estarías aquí sin nosotros y quiero que te des cuenta de
Creo que soy la persona con menos suerte en el mundo, soy un maldito imán de problemas y mala suerte...antes de todo esto vivía tan tranquila, desde que llegué aquí mi vida se enfocó en las pelas, las carreras, en comer, estaba bien así, pero ahora todo se fue a la mi*rda, no puedo hacer nada y para el colmo todos mis demonios del pasado vuelven, uno a uno estás tocando mi puerta cómo si les hubiera enviado una invitación para venir a jod*r lo que me queda de tranquilidad, ¿y yo era una perra fastidiosa? ¡Pues no! El karma lo es, llega con todo a patearme el trasero... Mis lágrimas no han parado de salir, ni siquiera sé cuánto tiempo llevo encerrada aquí, pero no me quiero mover, por primera vez vuelvo a sentir el miedo cuando veía a esos hombros entrar en mi habitación, mi cabeza no para de recordar cada cosa que esos tipos me hacían, en estos momentos estoy dudando mucho si realmente puedo ver de nuevo a Joel. Mis pensamientos fueron interrumpidos porque alguien me tiró de los pies
-Amor…Matt, él es Richard mi papá y él es Frank mi hermano. —mi*rda...el sueño me hace decir babosadas... ¿en serio le dije amor? Trágame tierra...más por cómo los tres me están mirando. -Le ofrezco una disculpa a los dos, me tomó por sorpresa verlos aquí en su habitación, pensé que eran ladrones. —dijo después de aclararse la garganta...hijo de su...estoy segura de que pensó que estábamos a punto de hacer un trio. —es un placer conocerlos. —estrecharon sus manos y no pude evitar sonreír al ver su mueca de dolor cuando mi papá y Frank apretaron su mano fuertemente. -El placer es nuestro...hija, te espero esta noche en casa, tenemos que hablar y espero que a tu prometido no le importe que está noche te quedes a dormir con la familia. —miré a mi papá sonriendo amplio. -Está bien papi, tranquilo estaré puntual en la casa, Matt no tendrá ningún problema con eso. —sentí cómo Frank me abrazo por los hombros y besó mi cabeza. — ¿verdad, Matt? -Nosotros nos tenemos que ir, cualquier cosa n
-Buenas tardes señores. —la voz de Matt sonó molesta y el acomodó mi falda más abajo de lo normal lo que me hizo mirarlo frunciendo mi ceño. — ¿qué hacen aquí? ¿por qué interrumpen de esa manera en mi oficina? -Oh…¿interrumpimos? —dijo Antonio y rodé mis ojos separándome de Matt. —Lo lamento, es que no había nadie afuera, no volverá a pasar. -¿Necesita algo más, señor Carpenter? —acomodé mi falda un poco más arriba de la rodilla y miré a Matt sonriendo por la mueca que hizo. -No, si te necesito te llamaré. —asentí despacio caminando hacia la puerta, pero un agarre en mi brazo me detuvo. —por favor no me toque. —murmuré mirándolo. -¿Podemos hablar cuando termine con Matt? Será algo muy breve. —quité la mano de Antonio y cuando estaba por hablar Matt me interrumpió. -Lo que tengas que hablar con ella lo puedes hacer aquí y ahora. —rodé mis ojos sintiendo cómo fui jalada hacia atrás y me crucé de brazos mientras Matt me rodeaba con sus brazos. -No tengo problema con que quieras escu