Pasaron tercios, segundos, minutos, horas, días, semanas... Ha pasado un mes desde la muerte de Khadija.

Aly había regresado a casa con su hija Fátima, Halima también se había mudado con ellos.

Aly no había vuelto al trabajo hasta ahora y eso preocupaba mucho a Halima, ya no se cuidaba, había perdido peso, su barba crecía espesa.

Eran más de las nueve, la pequeña Fátima ya estaba dormida, Aly estaba como siempre en la terraza contemplando las estrellas, estaba en sus pensamientos cuando Halima se unió a ella.

- ¡Alí!

- Mmm

- ¿Puedo hablar contigo un momento?

- Por supuesto, estoy escuchando.

- Bien....si volvieras a trabajar

- Hola Halima ya hablamos de eso, quiero aprovechar a mi hija, tengo que cuidarla.

- Pero ya estás haciendo suficiente, estoy aquí para eso, estoy aquí para cuidar a Fátima como su madre quería, creo que lo mejor es que vuelvas a trabajar, la gente cuenta contigo para alimentarte. sus hijos familia, así que no hagas algo que te lleve a la bancarrota.

- No importa