Capítulo 48

DAVID

¿De verdad no quieres que te acompañe al hospital?—Aprieto el hombro de mi compañero y amigo, comprendiendo la intensidad del dolor que siente. Hace años era yo, la misma mirada y el semblante perdido.

Joder, es como mirarse en el espejo.

Pero todavía hay esperanza para él.

No, llamé a sus padres. yo... eh. Su mirada se encuentra con la mía, atónita y puedo ver las lágrimas brotando de sus ojos. —Ella es mi vida, hombre. N

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