Perdóname

El fin de semana nos vamos a la playa, a Ibiza. Como era de esperarse, tengo al amigo fotógrafo de Amélie a mi lado sacándome fotos de cada movimiento que hago. Tomo a mi pequeña en brazos y voy a jugar en la arena intentando ignorar a nuestro molestoso amigo que no suelta ni un segundo la maldita cámara.

Amélie está echada en uno de los asientos de playa, intento tenerla lo más alejada que me es posible de nosotros aunque obviamente todos se darán cuenta de su estado, hasta un ciego lo puede notar.

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