En la prestigiosa universidad donde Adriana, llevaba su carrera de alta costura y moda, habían salido al receso ella, su amiga Alice y su amigo Ray, fueron a la cafetería a por un aperitivo, los tres estaban hambrientos, más la bella pelinegra por qué estaba amamantando — Oye Adriana, parece que te han crecido más la bubis, eso de embarazarse tiene sus cosas buenas, se te ven hermosos los senos — Oh, están así por qué estoy dándoles pecho a mis mellizos, el problema es cuando los dos quieren leche materna y no el biberón, entonces hacen un berrinche monumental — ¿Y qué nos dices de esa cinturita? Te aseguro que nadie en el mundo creería que hace apenas dos meses acabas de ser madre, tienes un cuerpo bellísimo — Ray, que aunque no pareciera, era el chico gay del grupo, extrovertido y muy talentoso, pero físicamente parecía un hombre varonil, él era muy apuesto — Yo que tú esposo me pondría muy pilas, aquí no te van a faltar pretendientes, mira, el de esa mesa ya te echó el oj
En el piso bañada en llanto y con sangre saliendo de su nariz y su labio, Candice, intentaba ponerse de pie, pero Baltazar la tomó de los cabellos de una forma brutal, el hombre estaba dispuesto a volver a golpearla de nuevo para que aprendiera a no desobedecerlo y que le quedará claro que él era quien tenía el mando — ¡Sueltame! Eres muy valiente para ponerte con una mujer, ¿Por qué no te enfrentas a un hombre? ¡Maldito cobarde! — Voy a cerrarte esa puta boca sucia, vas a aprender que a mí no se me discute, esta vez voy a darte tan duro que vas a desear nunca haber nacido — La oscura mirada del hombre, era asesina Cuando Baltazar se puso de pie y tomó vuelo para dar una fuerte patada en el abdomen de la jovén italiana, fue en ese momento que las fuerte manos de un hombre que recién llegaba, el CEO Lucio Corleoni, le cayó a golpes, Baltazar, también se defendía, era un hombre muy violento, pero la ira y la rabia de que lo hubiese separado de la mujer que amaba le daba la fuerz
Esa sensación, de vacío, de terror a perder a una parte tan importante para tu oscuro y frío corazón, esa parte que te hace sentir, que te hace amar, nunca antes la había sentido el CEO Black — Señor Black, la señorita no dijo nada, ella quiso negarse a ir con el CEO Corleoni, pero estaba tan mal que perdió el conocimiento, ella ya ha sufrido demasiado en manos de ese terrible hombre, tiene que ayudarla, usted es su marido, pero si no quiere meterse en problemas con la mafia, deje que el CEO Lucio, se encargue de la situación, mi niña merece ser feliz — Ella lo será, será feliz pero conmigo, dame la dirección de Corleoni, ahorita mismo iré a por mi esposa, no me la voy a dejar quitar tan fácilmente, Candice... nunca debiste salir de la mansión Black, mi bella Candice, te he fallado como esposo — susurró el afligido CEO Al salir de la mansión Torrineli, Daniel Alejandro, se frotaba el rostro, estaba desesperado, tenía que llamarle a alguien de su absoluta confianza, y ese sin
La mucama dudo un poco en llamar a su señor, lo sabía muy ocupado pero el hombre que lo buscaba no parecía ser cualquiera, sus ropas eran muy elegantes, se veía costoso, sofisticado, pensó que tal vez era muy importante y que su jefe debía saber de que se trataba — Pase a la sala de estar, iré a avisarle al señor de la casa, no le aseguro que lo reciba ya que está en un momento personal complicado, pero de todas formas le avisaré de su visita — Le agradezco — Daniel Alejandro, vió alejarse a la mujer y subir por las escaleras mientras él le echaba un vistazo al lugar, solo estaba bien para él, sus expectativas eran altas y tratándose de su rival lo eran aún más — Señor Corleoni — llamó la mujer — Sé que está muy ocupado en estos momentos, pero hay un hombre muy elegante que pregunta por usted, él dijo llamarse Daniel Alejandro Black, y que le urge verlo — ¿El CEO Black, está aquí? me pregunto que querrá, dile que enseguida bajo — El CEO italiano, por supuesto que sabía de
Lucio Corleoni, estaba de pié escuchando lo que ese poderoso CEO, hablaba y a su ex novia, entonces era verdad, ellos... ellos se habían casado, y no solo eso, el empresario estaba enamorado de su Candice, al igual que él, pero... había venido desde Italia a recuperar su amor, no podía simplemente quedarse callado — ¿Se casaron entonces? CEO Black, si tienes una novia que te espera deberías ir a por ella, Candice, es mi ex novia y yo espero poder conversar con ella del pasado, después de la golpiza que me dieron cuando le pedí matrimonio y Baltazar, se enteró, mi familia insistió en que me marchara del país para salvar mi vida, me metieron ideas de que debía alejarme de mi novia, y terminé cediendo ante la presión, pero ese fue un error imperdonable de mi parte, ahora lo sé y quiero poder remediarlo, hacer las cosas diferentes, yo te sigo amando Candice, lo que tú y yo tenemos es... un amor infinito, divorciarte de Daniel Alejandro y casate conmigo — ¿Te le estás declarando a mi
Daniel Alejandro, miraba de vez en vez a su esposa, mientras recorría las calles de la ciudad para llegar a su mansión, Candice, no tenía una idea de lo que significaba para él que ella le pidiera que la llevara con él a casa, el hombre llevaba su tesoro consigo Al llegar a la elegante mansión Black, cargó en sus brazos de nuevo a la bella italiana, ella podía aspirar la fina loción de su esposo y él podía aspirar el aroma natural del cabello de su esposa, Daniel Alejandro, deseaba poder quitarle esa frazada y botarla, pero no iba a permitir que nadie viera las plantas de su mujer Al acostarla en su cama, él estaba por bajar a hacer unas llamadas, pero Candice, lo tomó del saco para detenerlo — Quédate conmigo — Sus lindos ojos verdes parecían suplicar, lo necesitaba, necesitaba tenerlo a su lado El hombre se quitó el saco y los zapatos para entrar a la cama con su mujer, por supuesto que se quedaría a su lado, que le daría su apoyo, su comprensión y su cariño Candice, pu
El CEO Lombardi, llegó después de tener una importante junta con unos socios, venía cansado y hastiado, el mayordomo le recogió el portafolio para llevarlo a su despacho — Buenas tardes, dime Carlos ¿Está todo bien en casa? Mi esposa, mis hijos y el abuelo, ¿Hay novedades? — Donovan Lombardi, se preocupaba por su familia — Los mellizos han estado muy llorones, creo que resintieron mucho la ausencia de su madre y cuando usted tuvo que salir a la compañía, lo extrañaron, las niñeras ya no sabían que más hacer, los bebés estaban atendidos pero aún así se seguían quejando — Ahhh... es que son pequeños aún, no les gusta no sentir a su madre o a mí, parece que saben cuando no estamos cerca, ¿Mi esposa ya está en casa? — Si, apenas llegó los mellizos fueron alimentados por ella, después de un rato se tranquilizaron y se quedaron dormidos, pero justo ahora — El mayordomo checó su reloj — Ya no demoran en despertar Cómo si fuera un mago, se escuchó el llanto de los mellizos, ellos
El imponente CEO de misteriosos ojos azules y fría mirada, alimentaba a su mellizo mientras observaba de vez en vez a su esposa, apenas habían vuelto a tener intimidad después de muchos meses de estar alejados y después por la salud de Adriana, que debía guardar estricto reposo, y se había ganado ya un castigo El hombre, se acercó con su bebé en los brazos para hablar con el niño que la madre alimentaba — Dominic, pimpollo, dile a mamá, que papi, no estaba hablando en serio, dile que papá, solo la ama a ella y solo con ella se quiere divertir El mellizo respondió con una sonrisa, dejó de mamar por un momento fugaz y después siguió con lo suyo — No utilices a mis bebés para lograr tus propósitos, hmmm... — Pero sonrió, eso quiere decir que está de mi lado, debes ser buena y olvidarte de esa broma por esta vez, pídeme lo que quieras y te lo daré pero no me prohíbas tocarte — ¿Lo que quiera? ¿Estás seguro? Donovan, pensó que tal vez su esposa le pediría un coche, ropa