No te detengas, no te detengas; repetí esto en mi cabeza como un mantra, usándolo para ahuyentar el terror abrumador que sentía. Mientras atravesaba el bosque, podía escuchar los gruñidos y chasquidos de los lobos cercanos. También había un olor a cobre espeso en el aire, y no necesité preguntar para saber qué era.Estaba petrificada, lo suficientemente aterrorizada como para huir lejos de esta ciudad y nunca regresar. Alec y Kade eran la razón para que me quedara en ese lugar, para que siguiera corriendo hacia el peligro en lugar de alejarme.El dolor se extendió a través de mi torso, tan fuerte que en otras circunstancias hubiera pensado que estaba herida. El dolor, junto con la idea de que uno de los gemelos estaba herido, me mantuvo corriendo. Me mantuvo siguiendo hacia adelante, y me hizo incapaz de sentir el dolor punzante en mis extremidades y músculos.Ese breve sentimiento de total libertad al cambiar había pasado; y fue reprimido por el terror y la desesperación que sentía
"¡Se suponía que ustedes dos la protegerían!". La voz de Garrett, aguda por la rabia, me despertó de golpe."¿Qué esperabas que hiciéramos?", gruñó Alec. "Podríamos haberla atado y encerrado, pero no lo hicimos. La protegimos con todo lo que teníamos, que es más de lo que has hecho tú"."Yo sí la habría encerrado, chico". Garrett casi gritó. La ira en su voz menguó y fluyó, y me encontré escuchando atentamente cuando su voz se quebró. “Mi propia hija, un lobo blanco. ¿Puedes entender el peligro en el que esto la pondrá? Ambos no son más que niños. Niños jugando a ser Alfas"."No sobrepases los límites de tu autoridad, Garrett". El tono de Kade era frío, más frío de lo que jamás había escuchado. Envió una leve sensación de miedo por mi espina dorsal, y me sentí preocupada por Garrett. Podía sentir la ira de Kade como si fuera la mía y saboreé ese tinte metálico en mi lengua. “Si bien puedes ser su padre, nosotros somos sus parejas. Estás en el territorio de nuestra manada y nos trata
"¿Alguien me puede explicar qué es la Mesa Alta?", exigí.“La Mesa Alta está compuesta por los Alfa más poderosos de nuestra época. Los Alfa de las cinco manadas más grandes. Ellos son nuestro gobierno y tienen dominio sobre todos los Alfa de este país", respondió Garrett.Uní los puntos y fruncí el ceño. "Cuando me convierta en Luna de las tres manadas, tendré oficialmente la manada más grande del país. Querrán que tenga un asiento en la Mesa Alta"."¿Tú? Nunca", se burló Julian mientras su expresión se volvía amarga. "No importa si pudieras matarlos a todos, nunca dejarían que una mujer se siente en la Mesa Alta. Insistirán en que su pareja se lleve ese honor"."Ese asiento le pertenece a Aurora", dijo Alec y miró a Kade, quien asintió para concordar. Ambos me miraron a los ojos, y la emoción que irradiaba de ellos hizo que mi corazón se encogiera. “Ella podría ayudar a proteger a todos los futuros lobos blancos. Ella podría cambiar las cosas".“Ella podría, pero eso solo la hac
Después de una noche larga pero muy necesaria con los gemelos, me desperté en una cama vacía. Bueno, no estaba por completo vacía. Una cabeza con cabello llameante fue lo primero que vi cuando abrí los ojos, seguida por la cara sonriente de Tori. Estaba sentada en el borde de la cama, con la barbilla apoyada sobre sus manos."Erm, ¿cuánto tiempo llevas aquí?", gruñí, mi voz engrosada por el sueño. Conforme le frotaba las telarañas de los ojos, se enderezó y me dedicó una sonrisa traviesa."Oh, media hora, más o menos". Ella se encogió de hombros y se apartó algunos mechones de cabello de la frente.Cuando mis sentidos se agudizaron y la espesa neblina del sueño se desvaneció, noté que llevaba un sostén deportivo color esmeralda y unas mallas negras. Sus gruesos rizos fueron apartados de su rostro y sus redondos ojos tenían un destello de impaciente emoción."¿Siempre ves dormir a tus amigos?". Me reí de forma disimulada, sentándome contra la cabecera de madera."Ciertamente no, es
Las escaleras se doblaban un par de veces antes de terminar en el segundo piso. Había un pasillo amplio y bien iluminado que conducía a una multitud de habitaciones. A través de las grandes ventanas a ambos lados de la pared, pude ver varias salas de ejercicio con pisos de espuma.Nos dirigimos a la única habitación desocupada... bueno, estaba casi desocupada. De pie en la gran habitación estaba un hombre al que nunca había visto antes. Ya se veía mayor, alrededor de los sesenta años o así, pero estaba en una forma impecable. La camiseta que usaba no podía ocultar los músculos debajo, o el volumen de su figura. Su pelo corto era gris, con solo una pequeña salpicadura de blanco."Bienvenidas, chicas". Su voz rasposa resonó por la habitación vacía hasta casi hacerme saltar.Se dio la vuelta para saludarnos a ambas y mi respiración se detuvo en mi garganta. Su rostro era tenía una forma angular de una manera que resultaba conocida, y aunque sus ojos eran del mismo color... yo ya había
"Puedo hacerlo por mi cuenta", le dije a Alec, sentándome en el sofá de color pálido en el salón del gimnasio.Después de un muy necesario momento juntos, estaba un poco más lista para ir a casa y tomar una larga ducha. No solo el sudor había comenzado a resecarme la piel, sino que ahora sentía un cómodo dolor entre las piernas. Alec se había conseguido un paño de limpieza y lo había puesto a mojar bajo el agua fría del lavabo. De vez en cuando sus ojos se dirigían hacia donde yo yacía; completamente desnuda y sorprendentemente sin atisbo de vergüenza en el sofá."¿Estás segura de eso, muñeca?". Me lanzó una sonrisa que hizo derretir mis interiores.Era difícil no sonreír cuando los gemelos me miraban de esa manera. Alguna vez me hubiera llamado a mí misma una lunática clínica por afirmar que amaba a un hombre al que solo conocía desde hacía un mes más o menos. Solo que en este caso, tuve dos hombres, y las cosas eran diferentes con ellos. Sentía que los conocía de una manera que nu
"¿Pensaba que íbamos a ducharnos?", pregunté, una ceja levantada con interés mientras Kade abría el grifo de la bañera.Durante mucho tiempo había admirado la bañera en su baño, pero aún no había tenido la oportunidad de usarla. Los jets de agua grabados en el costado de la bañera, el asiento incorporado para reclinarse y el diseño curvo que podría adaptarse fácilmente a una familia pequeña; todo llamaba a mi nombre. Después de casi toda una vida de vivir en apartamentos sucios y casas decrépitas, ese lugar me parecía una mansión. Estaba acostumbrada a las combinaciones de ducha y bañera pequeñas, la mayoría de las veces teñidas de un tono amarillo poco atractivo. La mayoría de las veces, el moho salpicaba el techo con manchas negras y verdes. Las veces que había usado su detestable ducha gigante, me tomaba todo el tiempo del mundo para disfrutar del flujo constante de agua caliente y las superficies relucientes que me hacían preguntarme con qué frecuencia se limpiaba esta casa."Has
Nos reunimos con Garrett, Julian y Alec tan solo una hora más tarde. Entre las miradas acaloradas de Alec y los toques reconfortantes de Kade, era difícil tomarse la situación en serio. Invité a Tori a unirse, pues ya no la mantenía a un brazo de distancia de mí.Tori actuaba como una especie de guardaespaldas. Alec y Kade me la habían asignado poco después del incidente salvaje, lo cual encontraba como algo sorprendente. Extrañamente sexista de mi parte, pero no esperaba que Tori fuera una guerrera tan hábil. Ella había luchado en la batalla con los salvajes, pero no me había tomado el tiempo de darme cuenta. Mis ojos habían estado solo para Alec y Kade ese horrible día.Cada vez que pensaba sobre mi vida en esta manada, me encontraba asombrada. Había pasado de no confiar en nadie a finalmente tener una familia propia. Confié mi vida en Tori, Alec y Kade. Solo confié en Garrett y Julian debido a su mutuo acuerdo en mantenerme con vida. Ambos necesitaban un heredero para su manada, y