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CAPÍTULO 18 A pesar de que Juliette se negó varias veces, Connor sostuvo en sus brazos a Madison y corrió con ella en la sala de emergencias del hospital. ―Me duele… ―gimió la pequeña. ―Tranquila, cariño, todo va a estar bien. ―dijo suavemente tratando de tranquilizarla. Pronto un médico se hizo cargo y llevo a Madison a una sala privada, después de algunas revisiones y rayos X, afortunadamente no tenía ninguna fractura, se había golpeado fuertemente y causo un esguince en el hombro, sin embargo, iba a ser necesario un cabestrillo por algunos días. Madison miró asustada la jeringa llena de medicamento para el dolor y se acurrucó en los brazos de Connor. ―¡No quiero! ¡No quiero! ¡Mami! ―Cielo, es para calmar el dolor. ―Juliette le dijo suavemente. ―No quiero… no quiero… Connor la aparto un poco de su cuerpo y la miro a los ojos. ―¿Quieres saber un secreto? ―dijo en voz baja y la niña lo miro asustada, pero de todas maneras asintió ―Yo también le tengo miedo a las agujas. ―¿Tú
CAPÍTULO 19 Cuando Patricia volvió a casa, su estado de ánimo no era nada bueno. Más bien se podría decir que se estaba ahogando en su propia ira. Dejo su cartera en el sofá y le ordeno a la empleada que le prepara su te para dormir. Minutos después, el contenido de la taza, fue lanzada en el rostro de la mucama y esta gimió soportando el ardor en su piel. ―¡¿Eres estúpida o qué?! Te pedí un té de valeriana, ¡Inútil! ¿Para qué sirves? ―Lo siento, señorita, lo siento mucho ―la joven inclino la cabeza con pánico y admitió su error. ―¡Sal de mi vista! La pobre chica abandono a toda prisa la habitación. Patricia bebía un te para calmar sus nervios, pero dudaba mucho que en este momento la ayudara. Hoy había sido humillada por Connor y burlada por esa mujer, y ella no era una mujer que dejara pasar una ofensa. Tendría que buscar la manera de darle a Juliette una lección. ……………………... Temprano a la mañana siguiente, Patricia llego a casa de Connor. ―¿Qué haces aquí? ―él abrió la puer
CAPÍTULO 20 ―¿Me tienes miedo? ―pregunto Connor en un tono coqueto, mirando a Juliette quien se escapó tan pronto se acercó, le gustaba ver su cara sonrojada y es por eso que siempre terminaba por intimidarla. ―Se está haciendo tarde, Dylan debe tener hambre. Además, tú… tú tienes que irte a trabajar. Connor decidió dejarla por el momento, y de hecho hoy tenía una junta importante y está totalmente seguro de que su tía Margarte causaría problemas como las veces anteriores. ―¡Vete, vete, se te hará tarde! ―lo insto a irse. Connor respondió con una sonrisa y luego, camino hacia su auto, abrió la puerta y se subió, estaba a punto de irse, cuando recordó que Patricia estaba en la casa. Se bajó del coche con prisa para informarle a Juliette, pero ella ya se había entrado a la casa. Pensó en volver dentro, pero en ese momento recibió la llamada de su asistente diciéndole que los accionistas, ya habían llegado y que tenía que llegar lo más pronto posible. Miro hacia la casa y finalment
CAPÍTULO 21 Connor golpeteó con sus dedos los documentos de su propuesta, acababa de ser rechazada por la mayoría de los accionistas. ―¿Es decir que rechazan mi propuesta, únicamente porque soy soltero? ― pregunto incrédulo. El grupo de hombres y mujeres asintieron en unanimidad, no obstante, su tía Margaret tenía una sonrisa en el rostro que no podía ocultar. ―¡Esto es ridículo! ―exclamo poniéndose de pie ―¿Qué tiene que ver mi vida privada con la aprobación de un proyecto? Su padre, que estaba a su lado, le dio una mirada de ‘cálmate’ Connor, respiro profundo y continuo. ―Este proyecto es transcendental para nuestra expansión en el mercado europeo, ¿no quieres más ceros en sus cuentas acaso? Uno de los accionistas de más antigüedad negó con la cabeza. ―No se trata solo de números, sino también de la imagen que proyectas. Connor tienes 37 años y un hijo, de la cual no conocemos su madre, puede que entre nosotros esto no sea relevante, pero para el resto del mundo sí. ¿Tienes i
CAPÍTULO 22 Al día siguiente, llamaron a la oficina. Raquel estaba nerviosa de enfrentarse al gran jefe, pero esta era la oportunidad de su vida. Los labios de Connor se levantaron ligeramente. ―Hola, Raquel. Los dos charlaron durante casi una hora y cuanto más charlaban, más cosas en común tenían. Cuando ella dejó la oficina, había sido contratada y ascendida a jefe del departamento de planificación. Y tan pronto como Juliette llego a casa escucho la voz emocionada de su amiga. ―¡Me contrataron! Juliette que se estaba quitando los zapatos, miro a Raquel y se sintió feliz por ella. ―¿De verdad? ―¡Sí! ¡Incluso me ascendieron! ―¿Te ascendieron? ―Juliette frunció el ceño con sospecha ―¿Tan rápido? ―¿Por qué? Soy buena en mi trabajo y tengo un currículo bueno ―dijo con orgullo. Aunque estaba feliz por ella, Juliette no era tonta y algo no parecía estar bien, apenas fue contratada y ¿el mismo día ascendido? Abrió y cerro los labios sin saber qué decir, felicito a su amiga y fue
CAPÍTULO 23 Esa noche, Juliette miro a Marcos que estaba durmiendo en el sofá, se veía indefenso, no sabía qué hacer, sabía que tenía que pedirle que se fuera, sin embargo, pensó que probablemente estaba demasiado cansado y mientras bañaba a Madison, se quedó dormido con una muñeca en su mano. No tuvo corazón para despertarlo. De repente entro una llamada, Juliette contesto rápido. ―¿Hola? Al escuchar la voz suave de Juliette el corazón de Connor se tranquilizó un poco, aunque había llamado porque no podía dormir pensando que ella y ese hombre estaban en el mismo lugar. ―¿Cómo está, Madison? ―Acaba de quedarse dormida ―susurro ―Pero está bien, ya te dije que solo había ido por un helado. Connor no dijo nada por un momento. ―¿Y Dylan? ¿Ya se durmió? ―Sí, acaba de hacerlo. ―Es un buen niño, además ama los sándwiches como yo. ―bromeo. ―¿Ya estás acostada? ―Connor pregunto de pronto. ―No, aún no. ―¿Qué estás haciendo entonces? Ya es tarde. Ella miró a Marcos durmiendo en el
CAPÍTULO 24 Después de que Connor llego a casa, Dylan le pidió cenar fuera. Y aunque él trató de negarse, reconoció que hacía mucho que no tenían una salida de padre e hijo. ―Está bien, ve a prepararte. ―dijo mientras le alborotaba el cabello. El pequeño corrió escaleras arriba y bajo minutos después listo para irse. ―¿Podemos ir a comer pizza? ―Claro que sí, ¿aún te siguen gustando las del restaurante italiano? ―La pediremos de pepperoni. ―Ok, esta vez tú eliges. El restaurante era elegante, pero muy familiar, Juliette y Marcos se sentaron con la parlanchina Madison al final. Por ende, no podían ver el Audi color azul que se detuvo en la carretera. ―¿Fuiste una buena niña hoy? ―Marco pregunto mientras colocaba un trozo de pizza. ―Claro que sí, la señora Hillis dice que soy una niña muy obediente y también me puso algunas caligrafías. ―la pequeña abrió su mochila y saco una pequeña corona ―Mira mami, la señora Hillis me recompenso. ―Eso es asombroso, cielo ¿Hiciste todas tus
CAPÍTULO 25 Por la mañana el conductor llevo a Connor al aeropuerto y después de registrarse, entro a una cafetería. Levanto el café y tomo un sorbo, no parecía importarle, pero en cuanto se sentó, saco su celular y llamo a Juliette, pero la llamada no se conectó. Volvió a intentarlo y finalmente hubo respuesta. ―Hola ―respondió ella todavía somnolienta. ―¿Juliette? Al escuchar la voz de Connor ella pareció salir de su ensoñación y se irguió en el sofá. Apretó el teléfono y recordó que por su culpa había pasado la noche en la sala de espera. ―¿Ya llego? ―Tú… ¿Estás en el aeropuerto? ―¿Y dónde más? No iba a tomar un taxi de regreso, ¿o sí? ¿Tiene idea de cuanto es la tarifa? De repente, Connor se sintió mal por ella y descubrió que había sido un tonto, sus celos lo llevaron a hacer cosas estúpidas. ―Yo… ―¿Cómo está, Madison? ―¿Ella? ―Sí, dijo que había cambiado la hora de la reunión. Imagino que volvió a su casa. ―En realidad no, me quede en la oficina. Juliette resoplo.