CAPITULO 1.2   “Nuevas enseñanzas.” (Primera parte.)

(julio 12, 2019, Los Ángeles, California, USA)

(Serena Maxwell McNamara)

            Esto solo me hizo sonreír y vi a Max e Iván negar con la cabeza, así que dije

-Bueno, Muchachos estamos aquí para disfrutar del campo y aprender, como no solo yo les enseñare, les presentare a los instructores de supervivencia, ellos son Nathan y Jesse James. - presento a los hermanos.

-Vaya como los forajidos, los hermanos James. - dijo Paco

-Pues sí, eran nuestros ancestros, para ser exactos descendemos del hijo mayor de Jesse James. - dijo Nathan con orgullo, lo que hizo suspirar a más de una de las niñas.

-Bueno, primero hay que acomodarlos para ir a la fiesta de bienvenida. - les digo

            Vi como los choferes, los hombres de Stilgart subieron a la parte superior de los autobuses para bajar las maletas de los chicos.

-Los varones vengan conmigo, los llevare a sus barracas, tendrán diez minutos para lavarse y presentarse al patio trasero. - dije Jesse, llevando a los chicos por un lateral de la casa rumbo a los barracones.

-Las niñas síganme, las llevare a sus barracas, tendrán los mismos diez minutos para lavarse y presentarse a la mesa, así conocerán al personal. - les dijo Nathan seriamente, vi como las niñas tomaron todas sus maletas y mochilas y lo seguían, mientras tanto las chicas y yo entrabamos a la casa, Steve mi ex escolta, Steve el Sheriff con ayuda de Jonás metían las maletas a la casa, en donde vi a Max tomar la mía y subirla a mi habitación, la cual era anteriormente la de los bisabuelos.

            Todos nos lavamos y salimos al patio trasero en donde María había hecho poner varias mesas con comida recién hecha, y en un lateral estaban los asadores con carne asándose a las brasas.

            El personal del rancho estaba en sus labores, pero al ser día de fiesta se les dio el día así que había mucha gente en el lugar.

            Cuando los alumnos regresaron les dije.

-Bueno muchachos, hoy disfruten de la bienvenida, pero mañana recuerden que comenzaremos a trabajar y a aprender, para mejorar el aprendizaje serán divididos en grupos de diez y se les enseñara lo básico, como ordeñar a las vacas, hacer quesos, mantequilla y crema, lazar y montar a caballo, no se preocupen todos aprenderán todo por igual, esas labores se hacen por la mañana, por las tardes aprenderán arquería, tiro y rastreo, a encender fuego de forma segura para una fogata sin causar un posible incendio, toda esta semana será de aprendizaje, la siguiente será mixta, para su cuarta semana iremos a explorar los montes, recuerden que para el final de la quinta semana, deben estar listos para ir de campamento por tres días, en donde mostraran que tanto aprendieron. Ahora disfruten de la comida, esta fiesta es para ustedes.

            Los chicos se formaron y tomando un plato fueron ordenadamente a servirse chili, carne de res asada, pollo asado o ensalada, la variedad de comida era bastante.

            Nathan se acercó y me dijo

-No había visto tanta disciplina desde que estuve en los Marines.

-Ya, es solo que están algo cohibidos, no conocen a nadie, deja que agarren confianza, tendrás una guerra servida. - le digo sonriendo.

            Los chicos comenzaron a comer tranquilamente pero no dejaban de ver a su alrededor pues estaban entre desconocidos.

            Pronto comenzaron a escucharse frases como

-Este chili esta riquísimo, pruébalo Sol. - dicho por Sasha o escuchamos a Esteban diciendo

-Pues estas costillas no le piden nada a nadie.

            Escucharlos era verlos felices pues eran libres de preocupaciones, tras la comida había baile y como era costumbre en el rancho, los hombres prepararon un potro para domar, así que todos estábamos encaramados en el corral viendo a los hombres tratar de domar al potro.

            Después de que el potro tiro a diez hombres, Jesse se lanzó a intentarlo, pero en pocos segundos estaba en el suelo; lo que le gano silbidos y risas. Vi como Nathan se lanzó y monto el potro, que corcoveo y salto, tirando a Nathan contra el cercado del corral por lo que dos jinetes se lanzaron para sujetar al potro, salte al interior del corral y vi a Nathan que estaba reprimiendo el dolor, le toque el costado y sentí que debía tener al menos dos costillas rotas por lo que ordene

-Sáquenlo y llamen al Médico, tiene dos costillas rotas por lo menos, ustedes suéltenlo. - les dije a los hombres que soltaron al potro y se retiraron.

-Cuidado maestra. - escuche que gritaron.

-Tenga cuidado Señorita Serena. - dijo otro de los chicos.

            Yo camino hacia el potro que me observa, respira fuerte y tiembla por la excitación de la lucha contra el domador, yo me acerco poco a poco sin dejar de ver al potro y tomando las riendas, con un rápido movimiento salto sobre la silla y me sujeto bien, pongo los pies en los estribos y dejo al caballo relinchar, saltar y brincar, mientras intenta tirarme, este potro no se crio en el rancho, es de los que se compran para el trabajo por lo que es muy salvaje, yo me sujeto fuertemente y me preparo para hacer una maniobra que no solo es difícil sino también peligrosa para el jinete y el caballo.

            Así que jalo las riendas haciendo que el potro relinche y trate de golpear con las patas delanteras, pero cae al suelo solo para intentar levantarse una vez más. Nathan que sigue presente y su hermano Jesse, así como Tobías el capataz, saben lo que pasara, pues los escucho gritar órdenes.

            Yo sujeto fuertemente las riendas y las jalo haciendo que el potro se levante en las dos patas traseras, lo suelto y lo dejo caer, pues debo prepararme para saltar.

            El caballo salta y corcovea y yo saco los pies de los estribos apretando las piernas y jalo las riendas cada vez más, haciendo que el potro se levante sobre sus patas traseras, lo suelto y vuelvo a jalar las riendas haciéndolo pararse en las patas traseras, pero esta vez no afloje las riendas, sino que me impulse hacia atrás jalando al potro.

            Yo caí al suelo y me rodee, mientras el potro cayó sobre su lomo pataleando tratando de levantarse; yo me levanto, pero no me sacudo y voy por el potro tomando las riendas y jalándolos para controlar al animal, este relincha y me ve, me observa y me teme.

            Yo lo observo por unos segundos hasta que el potro relincha y baja la cabeza, yo le acaricio y sujetando las riendas camino hacia Nathan a su lado esta Jesse y más allá Tobías, yo extiendo la mano hacia Tobías y digo

-Esta domado, cepíllenlo y denle de comer ¿Qué no te mande a ver al médico? - pregunto viendo hacia Nathan

-Lo hiciste, pero eso era digno de verse, no siempre se te resisten tanto como para llegar a volcarlos. - me responde Nathan.

-Ya y eso los hace temerme y sabes que es el último recurso. - le digo

-Lo sé, pero hoy era necesario, vamos. - me dice y salimos del corral, todos los chicos me observan y les escucho decir

-La maestra es una vaquera en toda regla, domo al animal cuando otros no pudieron.

            Vamos a la casa en donde el doctor del rancho, un antiguo medico de combate retirado como muchos aquí, revisa a Nathan y le pone un fuerte vendaje, pues debe llevarlo al pueblo.

            La fiesta siguió su curso y los chicos y chicas se divirtieron y eso es bueno, el tiempo avanza y a las ocho de la noche se sirve la cena, no tardamos nada en organizar todo para el día siguiente.

            Cuando se termina la cena, llamo la atención de los alumnos y les digo

-Todos a la cama, mañana comenzaremos a las cinco de la mañana.

-Pero maestra, normalmente comenzamos la escuela a las siete de la mañana. - dijo Miguel

-Pero no estamos en la escuela y aquí se comienza a las cinco, no se desvelen, así que a la cama. - como los chicos protestaban Frank uno de los guardias se levantó tomando su wínchester y simplemente dijo

-Ya escucharon a la Señorita Serena, a la cama. - nadie se atrevió a seguir protestando pues Frank era un hombre de dos metros y diez centímetros de altura, con más músculos que Conan el Bárbaro y una cara de pocos amigos que no admitía replicas.

            Vi como todos se levantaban y se dirigían a los barracones, solo una hora después, ya todos estaban retirándose a descansar.

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