—Estoy perdida en la oscuridad, con un lobo, que me ama, dime como puedo vivir con eso, amor dime que jamás me dejaras dímelo, te lo suplico, quiero escucharlo de tu boca, tengo miedo, esta oscuridad, estos recuerdos que no entiendo, que no creo que sea reales —dice Casandra en el oído de Rudulfo.

Esas palabras impactaron a Rudulfo.

—Te amo y jamás te abandonare —dice Rudulfo incorporándola para sentarla en la silla.

—¿Te sientes bien? —Pregunta el abuelo.

—Si es solo que siento calor, por eso, no se supone que estábamos comiendo o ya terminé mi plato, e hija ven aquí —añade Casandra.

—Mami, estoy aquí —dice Cleo.

—Amarte a ti, es como estar soñando despierta, y llenarme de paz —dice Casandra