✧✧✧ Al día siguiente. ✧✧✧ —Connie. ¿Estás segura, mi niña? —le pregunta Zoraida a la loba Alfa. A solas, en el corredor, Connie le comentó a su bisabuela su decisión de ayudar a Gael, después de que él primero la ayude a obtener lo que quiere, su venganza. —Estoy segura. Así tendré una oportunidad… —susurró ella un poco avergonzada, sentada en la misma banca larga de madera pulida y elegante, donde estaba la hechicera— Sé que suena arriesgado —añadió la hembra. —Estaba dispuesta a ayudarte con ese problema, mi niña. A que ese dragón encuentre y se lleve a su amada, y así, te deje libre y tranquila con tu bebé… —Zoraida hizo una pausa en ese momento, analizando a su bisnieta—. Pero, es inútil. ¿Lo amas no es así? —Sí. No puedo ocultarlo, no puedo negarlo, no quiero perderlo… ¡Por la diosa! —exclamó Connie con desesperación, levantándose y comenzando a caminar de un lado a otro—. ¡Sé que estoy haciendo mal!, sé que he cometido muchos errores en mi vida, que han llegado a extr
—¡¿Un dragón?! —¡INAUDITO! —¡Eso es vergonzoso, Alfa, por favor, rechace al dragón! —Que la Reina Alfa de la Noche Carmesí, este involucrada con una de esas criaturas… Es algo… Solo pensarlo nos produce náuseas. «Es divertido cómo hablan. Como si yo no estuviera presente.», le habló Gael a Connie con sarcasmo, por medio de su conexión mágica del pendiente recuperado. La loba, que ya tenía esa pequeña reliquia de regreso en su oreja, asintió. «No te enfades. Yo lo arreglaré.», le respondió, Sary. «¿Cómo?, cuando sepan que te has quedado embarazada, será peor.» —¡Suficiente! —rugió Sary—. No voy a rechazar a mi mate por ser de otra especie. Lo marqué. ¡IMPACTADOS! Tras las palabras de Sary, absolutamente todos los lobos rojos reunidos en la entrada de la manada, guardaron silencio. Viéndose los unos a los otros con esos ojos rojizos carmesí. —Reina Alfa. Siempre hemos creído que usted es una hembra muy inteligente —habló uno de los lobos rojos más longevos de la m
Connie avanzó con determinación, deteniéndose justo frente a su marido. Agarró el cuello de su camisa blanca, acercándolo a ella. —Sé que esto es difícil. Yo pasé por lo mismo en tu clan, y adivina qué: ¡lo soporté! Tuve que enfrentar todo eso, ser tu esposa y quedarme embarazada —dijo con frialdad—. ¿Y ahora no quieres ayudarme? ¿Te vas porque tu orgullo no permite que te desafíen? Gael frunció el ceño, pero guardó silencio, mirando fijamente a su esposa. —¿No es que quieres dejarme? —preguntó ella, con la voz temblorosa—. ¿No anhelas ver a tu amor del pasado y tenerla de nuevo entre tus brazos? —El dolor la atravesó en ese instante—. Eso solo sucederá si me ayudas, y solo te ayudaré si me cumples, como acordamos… Connie lo soltó y se alejó. «¿Qué estás haciendo, Connie? Se supone que debemos conquistarlo, no animarlo a volver con la dragona», le habló Sary, su loba, en su mente. Connie comenzó a caminar de regreso, sintiendo un dolor agudo por lo que había dicho. Gae
La noche cayó sobre la mansión de la manada "Noche Carmesí". El aire se volvió denso cuando Zoraida, la hechicera de la alianza de las tres manadas hermanas, apareció en la puerta. Su figura imponente digna de respeto, capturó la atención de los hombres y mujeres lobos presentes. Vestía una túnica oscura con bordados plateados que brillaban débilmente. —¿Listos para el espectáculo? —preguntó con una sonrisa burlona, sus ojos brillaban con picardía. —¡Bisabuela!~ —sonrió Connie, guiando a la anciana a la habitación especial para el acto de sellado. El Rey Gael, que había estado meditando de pie en un rincón de dicha habitación, con sus brazos cruzados y su expresión tensa, sintió que su corazón latía con fuerza. La llegada de Zoraida significaba que no había vuelta atrás. ¡¿Realmente cayó ante Connie y sus palabras que aceptó algo como eso?! —Has venido muy rápido. Hechicera —le dijo Gael, con frialdad, manteniendo su altivez—. Al menos intenta ocultar tus ansias por dest
✧✧✧ Esa noche en la manada de "Luna Plateada". ✧✧✧ —Pero… —la voz de Beta Korina resonó en la habitación con un ligero temblor lleno de nerviosismo—. Mi cachorro, no puede estar sin mí, yo… —No te preocupes —inrrumpió Tabitha, viéndola fríamente—. Mi hija, Blanca, se ocupara del bebé —hizo un gesto con su mano hacia su costado izquierdo donde estaba Blanca de pie. La futura Luna de la manada asintió, acercándose hacia Korina. —Dame al cachorro, lo cuidaré bien~ —sonrió con dulzura la joven de dieciséis, cargando al bebé en sus brazos y saliendo de la habitación. Clack~ Tras el sonido de la puerta. Tabitha suspiró, como si se estuviera preparando para una batalla, liberó su furia. Beta Korina que yacía sentada en un sillón blanco, cercano a la cama de esa habitación, veía analítica a la loba madura de Luna Plateada. —Alfa Connor aprobó este interrogatorio. Si no respondes con la verdad, tengo permitida la tortura, serás encerrada en un frío calabozo. Tu cachorro se quedar
✧✧✧ En ese momento, en un bosque cercano a la manada del norte "Colmillo Blanco". ✧✧✧ El murmullo de los árboles, mismos cuyas copas se mecían lentamente con las ráfagas de viento frío, era acompañado por los sonidos misteriosos de los animalillos nocturnos. A la orilla del río, el terreno rocoso se extendía varios metros limpio antes de hacer contacto con la maleza de la naturaleza. De entre la penumbra, un par de ojos dorados tan brillantes como el oro se asomaron, ¿su objetivo?… Un animal salvaje tomando agua bajo la luz intensa de la luna. ¡El enorme lobo emergió, atacándolo brutalmente! Los sonidos del animal resonaron por segundos haciendo un eco en el bosque, hasta que su vida se apagó. Un charco espeso de sus sangre manchaba las rocas en las orillas del río, el líquido carmesí se escurrió lentamente abriéndose paso hasta mezclarse en la orilla del río. El crepitar de los huesos, la carne estirándose y siendo arrancada con ferocidad y devorada por el lobo macho, cuya
Gael se sorprendió por un instante, rápidamente su rostro volviendo a la calma, una media sonrisa curvó sus labios. —Es verdad. No lo soy —él avanzó unos pasos, Connie retrocedió terminando arrinconada contra la barandilla del balcón, la fresca brisa nocturna meciendo su cabellera negra larga—. Intenté irme dos veces, lo lamento. Te dí mi palabra y, apenas las cosas no iban como quería, quise dejarte sola en esto. Connie abrió sus ojos en gran manera. No esperando que él aceptará tan fácilmente sus errores, pero eso también, la hacía darse cuenta de que él era un ser imperfecto, que podía perder los estribos, enojarse, deprimirse o incluso asustarse. Su corazón comenzó a latir aceleradamente, sintiéndose emocionada. Conocer más de ese ser, pequeñas cosas que la hacían sentirse más cercana a él. Gael posó sus manos con firmeza sobre la cintura de la hembra y la cargó dejándola sentada en la barandilla. Connie posó sus manos en los hombros de ese Rey dragón. —¿Qué es exactame
✧✧✧ Minutos atrás, en la mansión de la manada "Luna Plateada". ✧✧✧ El fresco viento nocturno agitaba las ramas de los árboles en los alrededores del lago provocando un murmullo, Beta Arlen que le había pasado una toalla de baño a su Alfa. Volvió a ver en dirección dd la joven que se acercaba. —¡¿Estás loca, Blanca?! ¡Vete!, sabes que tienes prohibido acercarte al Alfa —la regañó fríamente el Beta de Luna Plateada. —Lo sé… —susurró ella con voz temblorosa— Pero quería hablar con Alfa y… —¿Qué tienes que decir? —resonó autoritaria la voz gruesa de ese Alfa—, espero que sea importante —añadió terminando de secar su cabellera. "¿Qué hacía en el lago? ¿Solo nadaba?, está únicamente en pantalón corto…" Pensó Blanca ruborizada al ver el imponente y musculoso cuerpo de ese atractivo macho. "Alfa huele tan bien…" La hembra desvío su mirada, el bebé en sus brazos comenzó a llorar. —Whaaa~ —el llanto infantil captó la atención de los tres. Que de inmediato volvieron a ver a ese