Mauricio
Para mi buena suerte hace poco me dijeron en qué lugar están Dante y Marte. Así que salgo en dirección hacia ellos, llevo varios días en su búsqueda y al fin los veré.
En dirección hacia el lugar en el que están, los veo a lo lejos. Sí que son ellos, porque esos rasgos de fuertes guerreros hace más fácil el proceso de identificación.
Llegó y ambos se sorprendieron al verme.
— ¡Vaya, vaya! El gran comandante de la tribu chirü en persona ¿qué te trae por aquí? — Dante me hace la pregunta, con asombro, pero antes de responderle. Marte me dice algo más.
— No pensé que nos volveríamos a ver, han pasado muchos años des
Mauricio Estoy reunido a solas con Fernando, le conté que Dante y Marte no aceptaron brindarnos su apoyo. Y todo por la condición que puso Dante, porque Marte estaba dispuesto a venir al principio; pero luego se retractó. — No tenemos más opción que luchar sin su ayuda, ellos pidieron algo que no estaba a mi alcance. — ¿Qué fue lo que te pidieron? — me pregunta Fernando, no le gustó para nada que ellos no aceptarán venir. — Querían que los dejemos vivir aquí, que su condición de parias sea revocada definitivamente. De inmediato que no podía aceptar esa condición, ambos sabemos que no tengo ese poder para llevarla a cabo— le explico cuál fue su petición y me quedo esperando por lo que él dirá al respecto.
Arturo Después de la gran derrota que sufrimos, solo nos quedó recoger a nuestros muertos y atender a nuestros heridos. Hemos quedado en desventaja con los moky, ahora se sienten mucho más seguros y pueden atacar lo más rápido posible. No tenía en mente que íbamos a perder, al menos no con una retirada. — Vayamos al lugar, en el que están los heridos — Cristóbal me dice porque considera que es lo mejor. — Es una buena idea, así que vayamos — le digo y salimos rumbo para allá. Llegamos y vemos a muchos con heridas en los brazos, en las piernas y en muchos otros lugares del cuerpo. Sin lugar a dudas, tuvimos una gran batalla con los moky; pe
Roberto No hay nada mejor que después de una gran victoria y de ese gran banquete, celebrar en tus aposentos con tu esposa. Elsa me quiere dedicar su valioso tiempo para darme mucho placer, como parte de su regalo para mí. No me puedo quejar, ella se apodera de mis labios con un apasionado beso. Yo, de forma muy atrevida casi le rompo su vestido por la manera en que la sujeté; me dejo llevar por sus besos y trato de ser lo menos dominante posible. Se coloca encima de mí y continúa besándome, nos quitamos toda la ropa y estando completamente desnudos ya todo se torna mucho mejor. Toco sus senos con ambas manos, tr
Alma Llegó el momento de decidir si me quedo o no con Arturo, pero antes de eso debo hablar con él. Ya sé que él desea estar junto a mí, es que siento la necesidad de verlo antes de decidir. Me encuentro en un lugar de la tribu con Samira, la veía a lo lejos y por eso fui para conversar con ella. — ¿Qué hay de nuevo? — me pregunta Samira y pone la cara como si algo muy bueno es lo que le voy a decir. — No hay mucho qué decir, estamos bien y eso es lo más importante ¿Necesitas saber algo más?— le respondo su pregunta y finalizó haciéndole otra. — Me alegra que estés bien, y no necesito saber nada que no teng
Alma Hace unos días cuando salí en busca de Arturo no lo encontré, Samira me dijo que quizás se resignó a perderme y que por la futura guerra; ya no quería estar conmigo. A lo que le respondí: que no creo que él sea tan cobarde para rendirse a estas alturas. Nos quedamos bastante tiempo platicando y esperando para ver si aparecía, sin embargo, solo fue una pérdida de tiempo porque Arturo nunca llegó. Camino a casa Samira me hace una pregunta que me deja muy pensativa, sí, me preguntó si me atrevería a abandonar mi tribu por irme con Arturo. Solo me quedó decirle que en estos momentos no estoy segura de qué hacer, ya que por más que quiera estar con él, mi familia es muy valiosa para mí.
Días después Artemisa Se abren las puertas de la ciudad y entran dos formidables guerreros, me parecen conocidos, pero su capa no me deja identificarlos bien. Me quedo esperando a ver quienes son, por un momento imaginé que podían ser espías, por esa razón pensé que fue estúpido que lo dejen entrar. Llegan cerca de mí y les pregunté sobre qué los trajo por aquí, a lo que uno de ellos responde que desea hablar con el rey. De inmediato reconocí su voz. Sí, era ese guerrero que antes nos habíamos encontrado Arturo y yo. Resulta que Dante y Marte, han venido a ver a mi padre. Si ambos están desterrados, no deberían haberlos dejado pasar ¿Qué pasó aquí? ¿De qué me perdí? Me hago ambas p
ElsaEstuve casi todo el día tratando de convencer a Roberto, de que ya era hora de quitarle el castigo a Alma. A ella le gusta estar entrenando y lleva una semana sin hacer prácticamente nada.No es justo que ella esté encerrada en este palacio y aquí todos continúen con su vida, como si nada estuviese pasando.Al final decidió aceptarlo, pero le queda rotundamente prohibido salir de la tribu. De inmediato corrí a contarle, pero no lo encontré y lo peor es que no estaba por ningún lugar del palacio.No tengo idea de dónde estará, sin embargo, no le diré nada a Roberto por ahora porque no quiero que se vaya a enojar conmigo. Tuve que actuar es
Roberto Una hora después de la salida de Alma Elsa me contó que Alma no estaba en el palacio, salí en busca de ella y no la encontré en su habitación. De una vez me imaginé lo peor, pensé que huyó con su novio el chirü. En medio de la desesperación envié por ella, pero nadie la vio y ya es algo muy raro porque deberían verla por lo menos. Me siento culpable de que se haya ido, no debí haberle llamado así. Me quedo muy pensativo, quizás si no la hubiese castigado o llamado traidora ella no se marcharía del palacio o de la tribu. Tres horas después Mandé a un guerrero para ver si la veía en su habitación y regre