Pasan las horas en la Ciudad de México, donde Guillermo y Evangelina se encuentran algo más tranquilos y con una decisión bien establecida, ya que optaron por mejor hacer una cena en casa de él, a las 08:00 pm reuniendo a ambas familias, esto con el fin de que apoyaran mutuamente a la pobre de Evangelina con su problema.

De esta manera, se encuentra ella en el salón principal de Arango, vestida con un lindo vestido en color blanco con pétalos de rosa en él, de largo a la rodilla y escote en corazón, de una tela ligera y fresca, llevaba tacones en color rojo de 8 cm, brazaletes y aretes en oro que eran obsequio de Guillermo, un lindo olor a agua de rosas impregnada en ella, un maquillaje sencillo compuesto por sombras marrones claras, labial rojo, cejas definidas y un poco de rubor e iluminador; El cabello lo llevaba suelto con rizos ligeros en las puntas, y en general se mostraba muy atractiva, con mucha seguridad y confianza, sin que se le notara los problemas que tenía en su cabeza