Gonzalo reveló su objetivo. Aunque sabía que las placas de los autos podrían ser falsas, decidió proporcionarle a Christian las placas de varios autos, con la esperanza de que Christian y la familia Castro pudieran encontrar alguna pista útil.

—Está bien, haré todo lo posible—asintió Christian, tomando un papel y un bolígrafo para anotar las placas proporcionadas por Gonzalo.

Después de que ambos colgaron el teléfono, Lucía no pudo evitar preguntar: —Christian, ¿qué pasa? Tu semblante es muy grave, ¿qué ha sucedido?

—Bueno...— Christian suspiró y detalló el ataque que sufrió Gonzalo.

—¿Qué?— exclamó Lucía sorprendida. Al igual que Christian, nunca pensó que Gonzalo sería emboscado en el camino. Y además, los atacantes solo robaron tres píldoras de verdadera esencia, pero dejaron atrás un potenciador vital valorado en miles de millones. ¿No es eso extraño?

Ella realmente no podía entender qué estaba pasando.

—Lucía, como eres la hija de la familia Castro, conoces mejor la situación de l