Sin embargo, Christian no podía sentirse feliz en absoluto.

El frío que se infiltraba en su corazón era el más complicado y letal. Difundir todo ese frío era varias veces más difícil de lo que había enfrentado hasta ahora.

Christian sabía muy bien que lo que había hecho hasta ahora era solo el comienzo, las acciones más simples. El verdadero tratamiento estaba por comenzar.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado.

Christian tenía el rostro pálido, su espíritu estaba casi agotado, pero solo había logrado dispersar menos de un tercio del frío que se había infiltrado en el corazón de Elena.

Lo peor de todo era que, debido al gran consumo que había sufrido, el frío que había entrado en su cuerpo ya no tenía suficiente espíritu para contenerlo y comenzaba a atacar su propio cuerpo.

Christian ya no pudo soportar el contraataque del frío y vomitó una gran cantidad de sangre.

Como había sospechado anteriormente, la condición de Elena era demasiado grave y él no tenía la capacidad de tratar