Sin embargo, recordando la advertencia de su padre, finalmente no dejó caer esa palma.

Después de todo, Christian había salvado la vida de Carmen y Daniel en el pasado. Si realmente lo hubiera matado de un golpe, no podría traicionar ese favor.

—Christian, te daré una semana más para que lo pienses detenidamente—dijo Alejandro. —No importa si quieres dinero u otra cosa, solo dilo. Pero debes alejarte de Carmen, de lo contrario, no te quejes si me vuelvo implacable.

Alejandro resopló con ira y luego, sin importar si Christian aceptaba o no, se dio la vuelta y se marchó sin mirar atrás.

Aunque no podría vengarse de Christian por el favor recibido, con el poder de la familia López, tenía muchas formas de lidiar con él.

Creía que Christian era una persona inteligente y, al final, sabría cómo elegir.

Mirando la figura de Alejandro alejándose gradualmente, la espalda de Christian se empapó de sudor frío.

Estaba muy preocupado de que Alejandro, enfurecido, realmente pusiera sus manos sobre él