Sin embargo, Andrea no era la mujer de Christian, en el mejor de los casos, solo podía considerarse amiga de Christian, y no sabía si amenazar a Christian tendría algún efecto.

—¡Atrévete! —el rostro de Christian cambió. No esperaba que Fernando fuera tan astuto y tramposo, que no capturara a Carmen, pero en su lugar tomara a Andrea.

Aunque su relación con la familia Benítez era meramente utilitaria y no tenían una relación cercana, Andrea había caído en manos de Fernando solo por intentar salvar a Carmen. No podía quedarse de brazos cruzados viendo cómo Fernando hacía daño a Andrea.

—¿Crees que no la mataré? —Fernando esbozó una fría sonrisa. Al ver que Christian parecía preocupado por la seguridad de Andrea, se sintió aliviado.

—Fernando, no necesitas hacer tanto alboroto—Andrea se mantuvo calmada frente al peligro y le dijo fríamente: —Si te atreves a lastimarme, mi abuelo y la familia Benítez no te dejarán impune.

—¿Y qué haría la familia Benítez? —preguntó con desdén. —Andrea, has