Gonzalo habló fríamente. —¡Imposible!

—Las tres píldoras de verdadera esencia ya las he utilizado. Propón un precio, y compensaré a la familia Ramos por sus pérdidas al precio de mercado—respondió Fernando, sacudiendo la cabeza.

Gonzalo estaba furioso, pero también impotente. Después de todo, las píldoras de verdadera esencia eran medicinas exclusivas creadas por Christian y extremadamente valiosas y raras. Ahora que Fernando ya las había usado, no podía devolvérselas a la familia Ramos.

—Una oferta de diez mil millones, siempre y cuando la familia Medina compense a la familia Ramos con esa cantidad, nuestra disputa quedará zanjada—dijo Gonzalo con voz profunda.

—Diez mil millones está bien. Volveré y enviaré el dinero a la familia Ramos—reflexionó Fernando por un momento y luego aceptó.

Aunque el valor de las tres píldoras de verdadera esencia no llegaba a los diez mil millones, su rareza las hacía inestimables. Para resolver la disputa con la familia Ramos, solo podía ceder pasivamen