Si Alejandro actuaba con despotismo, incluso si ya había asumido el papel de jefe de familia, ellos tenían el poder para destituirlo de ese cargo.

Frente a la interrogación de varios ancianos de la familia López, la expresión de Alejandro era sombría. En ese momento crítico, miró a Carmen a su lado y tuvo una idea repentina.

—Queridos tíos, por favor, no se apresuren. ¿Qué tal si le doy el control de la empresa a Carmen y la dejo actuar como presidenta interina?— propuso Alejandro rápidamente. —Con su destacada habilidad comercial, tal vez pueda resolver la crisis de la empresa.

Carmen era su hija, y entregarle el control de la empresa sería mucho mejor que dárselo a Gairin, cien veces mejor. Además, si Carmen lograba resolver la crisis de Grupo López, él recibiría el mérito como padre y, naturalmente, podría asumir el papel de jefe de familia.

Era una situación en la que ganarían ambos.

—Esa es una excelente idea—respondieron los ancianos. —Hace unos días, Carmen se sacrificó y contri