—Yo y Carmen somos rivales en el amor, ¿cómo puedo ayudarla?—Lucía respondió con resentimiento, rechazando de inmediato la solicitud de Christian.

—Lucía, por favor, no te apresures a rechazarlo. ¿Podrías considerarlo como ayudarme?—suplicó Christian.

—Por supuesto, entiendo que 5 mil millones de capital de trabajo no es una pequeña suma para la familia Castro. Estoy dispuesta a hipotecar mi participación accionaria en Vitalis Farmacéutica y obtener un préstamo de 5 mil millones de ustedes, la familia Castro. En cuanto Vitalis Farmacéutica desarrolle su capacidad económica en el futuro, devolveré el dinero junto con los intereses a la familia Castro—dijo Christian sinceramente.

—¿Te has vuelto loco?— exclamó Lucía. —La participación accionaria de Vitalis Farmacéutica es todo lo que tienes. Carmen y la gente de la familia López te echaron a patadas, ¡pero tú estás dispuesto a usarlo todo para ayudarlos! ¡Eres demasiado tonto!

Lucía estaba aún más enojada, muy disgustada.

—No soy tonto,