El tiempo pasaba rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, una tarde entera había transcurrido.

Después del trabajo.

Christian, Carmen, Lucía y algunas otras mujeres salieron de la empresa en coche. Junto con Jordi y Esther, madre e hijo, se dirigieron hacia el área residencial, listos para descansar en casa.

Sin embargo, poco después de que salieran de la empresa, un lujoso automóvil negro comenzó a seguirlos sigilosamente desde atrás.

En el camino.

Cuando Christian condujo por una amplia avenida, Clara, con experiencia en el mundo criminal, fue la primera en notar algo extraño con su aguda percepción.

—Christian, parece que nos están siguiendo —advirtió Clara con urgencia, mostrando una ligera expresión de preocupación en su rostro.

—¿Alguien nos está siguiendo? —Christian se sorprendió al principio, pero luego miró por el retrovisor y vio un automóvil negro de lujo siguiéndolos desde atrás, lo que ciertamente parecía sospechoso.

—Christian, es muy probable que sean gente de Galil