—¿Realmente vamos a rechazarlos?

Al escuchar la negativa de Christian a la oferta de Eufrasio, Leoncio, Emiliano y Melchor abrieron la boca, queriendo hablar pero sin atreverse.

Los tres sabían que Christian tenía conexiones y no creían mucho en la efectividad de las pastillas antídoto universales de Christian contra el polvo de los cinco venenos de Maximiliano.

Originalmente, los tres querían aceptar el ungüento antídoto que Eufrasio les ofrecía, pero Christian, como el capitán de la región del sur, ya había rechazado claramente la oferta. No podían contradecir a Christian y menospreciar su autoridad.

Así que los tres solo pudieron sonreír amargamente, conteniendo las palabras que estaban a punto de decir.

—Christian, si el Grupo Dragón de Guerra del Sur no necesita el ungüento antídoto, está bien —dijo Eufrasio con indiferencia y guardó el ungüento antídoto.

—Este chico realmente no sabe apreciar las cosas buenas.

—Eufrasio le ofreció amablemente el antídoto, ¡y él lo rechazó!

—Sí, e