—Azucena, no escuches las tonterías de Néstor —Clara trató urgentemente de explicar—: Antes, Néstor me quitó la aguja envenenada. Fue él quien mató a Kevin, no tiene nada que ver conmigo ni con Christian.

Sin embargo, en el momento en que Clara intentaba aclarar los hechos, Azucena la interrumpió impacientemente.

—¡Clara, ustedes dos han matado a mi hermano mayor! —Azucena pronunció su veredicto con enojo, sus ojos furiosos miraban a Christian y Clara con ira.

En ese instante, Azucena parecía transformarse en una furiosa jueza, jurando hacer que ambos pagaran con sangre la injusticia sufrida por su hermano mayor. En medio de esta situación caótica, su enojo ardía como un fuego incontrolable, difícil de apaciguar.

Con el cuerpo de Kevin en las manos de Christian y su intento anterior de matar a Néstor para silenciarlo, todo estaba a la vista de Azucena.

En resumen, los hechos estaban frente a ella, y no había manera de que creyera las explicaciones de Christian y Clara.

Además, Néstor e