—Hermosa, este chico presumido puede hablar tonterías, pero ¿cómo es que también te unes a su locura?

—Sí, parece como si él pudiera controlar los derechos de representación de Vitalis Farmacéutica.

Al escuchar esto, varios jóvenes aristócratas se quedaron atónitos, sin poder creer lo que oían.

Podían entender que Christian, siendo un joven inexperto, fuera arrogante, pero lo que no podían creer era que alguien como Clara, una mujer tan hermosa y destacada, se uniera a la locura de Christian.

Sin embargo, al considerarlo, pensaron que Clara probablemente había sido engañada por las palabras ingeniosas de Christian para asociarse con alguien tan insensato.

Mientras se lamentaban en silencio, no pudieron evitar sentir cierta envidia hacia Christian.

—¿Lo creen o no?

—Lo sabrán por sí mismos en un momento —Clara resopló con desdén, sin molestarse en prestar atención a estas personas.

—Veremos qué talentos tiene.

Varios jóvenes aristócratas se burlaron, sin tomar en serio las palabras de C