—Bien, ¡muy bien!

—¡Rápido, mátalo de una vez, este pequeño bastardo!

Al ver esta escena, Urbano sonrió malévolamente, y en sus ojos volvió a encenderse una chispa de esperanza.

Sabía muy bien que Christian estaba rodeado, sin escape posible. Incluso si Christian tenía habilidades excepcionales, estaba condenado a morir.

A menos que ocurriera un milagro.

Sin embargo, antes de que sus optimistas pensamientos pudieran concretarse, en el siguiente momento, ocurrió algo que le cayó como un balde de agua fría, destrozando la ligera esperanza que acababa de renacer en su corazón.

Con un estruendoso choque, Christian bloqueó el ataque del Tercer Anciano con su espíritu.

Luego, ejecutó una técnica especial llamada doble embate. Una energía verdadera de nivel inicial de Gran Maestro surgió repentinamente de sus puños, avanzando ferozmente hacia el Tercer Anciano como un trueno incontrolable.

—¡Esto no puede ser!

Al sentir la vigorosa energía verdadera en los puños de Christian, el Tercer Ancian