—¡Así que este chico estaba fingiendo! —Cuando Valentín se enteró de que el nivel de habilidad de Christian no había alcanzado la cima de Rey de Batalla, recuperó su compostura y una sonrisa burlona apareció en su rostro.

Christian levantó la cabeza con orgullo y luego señaló en dirección a Valentín —Valentín, si la familia Márquez tiene algún as bajo la manga, ¡adelante y úsenlo!

—¡Chico, no necesitas ser tan arrogante! —el hombre de gris resopló fríamente y avanzó hacia Christian con grandes zancadas.

—Anselmo Márquez, te encomiendo esta tarea —dijo Valentín—. Es muy probable que esté practicando una habilidad de nivel de la tierra de calidad superior. Asegúrate de incapacitarlo y hacer que entregue la habilidad.

—Valentín, puedes estar tranquilo, cumpliré mi deber —asintió Anselmo y luego se detuvo a unos dos o tres metros de distancia de Christian.

—¿Solo tú? ¡Qué chiste! —Christian se burló y miró a Anselmo con desdén.

—Chico, no te pongas tan seguro —advirtió Valentín—. Permíteme