—Te mostraré lo que es la desesperación —dijo Andrea con desdén.

Al escuchar que Andrea planeaba esperar a que llegaran los hombres de la familia Gallegos, la secretaria se sorprendió.

—Presidente González, como ustedes no son de Valencia, es posible que no sepan cuán poderosa es la familia Gallegos —advirtió—. En mi opinión, deberían irse antes de que las cosas se salgan de control. Si los hombres de la familia Gallegos llegan, no podrán escapar.

—No te preocupes —respondió Andrea con indiferencia—. La familia Gallegos no es más que un grupo pequeño. Christian puede encargarse, no tienes que preocuparte.

La secretaria estaba desesperada por persuadir a Christian y Andrea, pero Andrea la interrumpió antes de que pudiera decir mucho más.

—Ten la seguridad de que, no importa cuántos vengan, Christian los derrotará —dijo Andrea con confianza.

—¿Tienes tanta confianza en mí? —Christian rodó los ojos y no le dio a Andrea una buena mirada.

Aunque no temía a la familia Gallegos, su verdadera