Capítulo 59

Los besos son intensos, deseaban la oportunidad de estar solos, de ser uno de nuevo

—Leonardo... No te detengas... —Lucia gruñe, muerde su labio inferior al sentir los labios de Leonardo juguetear con sus pechos, su debilidad.

—Preciosa... Te deseo... Mil veces te deseo —suspira Leonardo mientras baja sus besos por el abdomen.

Lucía gruñe en medio del placer que le causa la lengua de su Alfa en su intimidad, gruñe mientras disfruta de la sensación de cosquillas culposas.

El Alfa no se puede detener, se quita el pantalón, y lentamente entra en ella, los gemidos, la tensión el momento es mágico.

El vaivén de los senos de Lucía, enloquecen a Leonardo, como olvidar esa sensualidad tierna e inocente que lo conquisto.

Un beso suave, una ternura infinita en medio de las caricias de los dos, entrelazan sus manos y un gruñido sale de sus bocas.

Lucía abre los ojos, besa el abdomen de su lobo que está acostado a su lado, siente miedo pero está segura que nada pasará.

Regreso solo pa