—Jimena, ¿todavía recuerdas cuando eras joven y te gustaba jugar al escondite? Solías esconderte en el armario, y cada vez definitivamente te encontraba allí.

Dijo Elena, mirando a Jimena con cariño, como si el propósito de su visita esa noche fuera recordar el pasado.

—¿Así es? No lo recuerdo. Lo siento.

Respondió Jimena con una sonrisa disculpándose, creando un momento embarazoso.

Elena estaba atónita por un momento y luego continuó con calma: —No es cosa importante. Es normal no recordarlo. Entonces, ¿todavía recuerdas lo que más odiabas en ese entonces?

Elena compartió casi todos los recuerdos que tenía con Jimena, haciendo que Joaquín se inquietara antes de hablar en voz baja:

—Jimena, acabas de regresar y no sabes muchas cosas. Ahora, muchos antiguos empleados de la empresa se vuelven cada vez más desobedientes. Incluso se atreven a refutar a Joaquín. Sin embargo, Joaquín es un hombre tolerante y no se atreve a controlarlos.

El sueño de Jimena se disipó y volvió a mirar a Joaquín