"Dime qué está pasando ahí abajo, Charlotte”.

"Es Alina".

Cuando menciono el nombre de Alina, siento una sensación de angustia en el estómago.

"¿Qué pasa con ella?”, pregunto en un susurro áspero, lanzando una mirada asustada a Ashanti para asegurarme de que no está despierta.

"Apareció de la nada y ahora está en la cocina, ordenando a los cocineros que le preparen algo de comer". Ella explica en un tono agitado. Ser alcanzado por un rayo sería menos impactante que lo que acabo de escucharla decir ahora mismo.

"¡Qué mierda!”. Salto de la cama. "Voy para allá". Vuelvo a dejar el teléfono en su lugar y lanzo una última mirada a Ashanti antes de ponerme los zapatos y salir corriendo de la habitación.

En unos segundos estoy en la cocina, jadeando como un perro, y ahí está Alina dando instrucciones a mi cocinero, que parece tan aterrorizado como yo por la situación.

"¿Qué está pasando aquí?”, pregunto respirando con dificultad y Alina gira la cabeza en mi dirección para ver quién aca