Quiere recogerme el pelo en una cola de caballo y sabe que siempre llevo las ligas que usaré en la muñeca izquierda. Aprieto los labios, intentando ocultar mi sonrisa mientras él procede a atarme el pelo.

Como de costumbre, todos los ojos están puestos en nosotros y me siento muy incómoda. Los minutos se eternizan y no es hasta que creo que mis rodillas van a ceder al suelo cuando él dice,

"Ya está". Suspiro aliviada y abandono su presencia.

El único lugar donde soy capaz de lidiar con este hombre es en el dormitorio. Solo puedo interactuar cómodamente con él cuando estamos los dos solos. Cuando intervienen otros pares de ojos, todo se vuelve incómodo y no sé qué hacer conmigo misma.

Suspiro, me deshago de mis pensamientos y corro hacia Delta Kyle, que está reuniendo a los demás para que se acerquen y podamos empezar a calentar.

"Delta Kyle". Le dirijo una sonrisa.

"Pareces alegre esta mañana".

"¡Eso es porque he pasado una noche espléndida!".

"¡Me alegro por ti!". Me mira el