— Niños, vayan a lavarse las manitos y cambiarse de ropa, quedaron llenos de salsa — Les decía Kate a ese par de traviesos que le ayudaron a preparar Lasaña.

— Sí mami, vamos Lucien — La pequeña Addy tomó la mano de Lucien y salieron corriendo para la habitación.

Kate metió la lasaña al horno, se sacó el delantal y caminó al despacho, al entrar Bastien estaba con la cabeza hacia atrás en su asiento, un vaso de whisky en su mano y en la otro un cigarrillo, ella sabía que estaría preocupado, Kate entró en silencio y besó sus labios.

— Qué atormenta esa cabecita — Le dijo con una sonrisa, mientras Bastien dejaba el cigarro y el trago para sentarla en su regazo, se hundió en su cuello e inhaló su aroma mientras Kate se abrazada a él.

— Tengo miedo, no quiero perderte, no quiero que nada te pase cariño, pensé que la pesadilla había terminado con Elizabeth, pero ahora estoy en un callejón sin salida, no sé quien es mi enemigo y eso me tiene frustrado. — Kate suspiró y se enderezó para mirar