En una clínica llegaba un hombre a visitar a una mujer que recién había dado a luz.

Madame…

Hola, que noticias me tienes.

Los hombres que enviamos no pudieron cumplir con su cometido, Bastien no sé como los interceptó y asesinó tomando algunos como rehenes.

Maldito bastardo, como lo odio. – en eso lloró un bebé, el hombre se acercó a la cunita, lo miró con dulzura y lo tomó en sus brazos pasándoselo a la mujer –

¿Hola bebé tienes hambre? – la mujer empezó a amamantarlo mientras acariciaba su cabello castaño, era muy parecido a su padre y eso la hacía emocionarse.

Mi bebé es su vivo retrato.

Que haremos ahora señora.

Esperar, debo estar fuerte para el paso que daremos, quiero que ese bastardo se retuerza de dolor, así como yo me retorcí al perder al amor de mi vida.

Señora, ahora tiene un hijo, ¿no cree que sería bueno desistir?, Bastien es un demonio cuando se trata de de su mujer.

Yo también, créeme que yo también, y ya tengo lista mi venganza, no lo vendrá venir – una sonrisa sinies