—¿Quién eres tu?

—Doc… no me diga que no me recuerda. —mi chofer se encarga de sacar al paciente con amabilidad. Cierra la puerta para que tuviéramos mas privacidad. —Vera doc, mi madre vino aquí… y al parecer… le dio un diagnostico desalentador.

—Oh, habla de la señora María, si, es una pena lo que le esta pasando.

—Bueno, doc. El caso es que, un hombre muy importante para ella, ósea mi padre —ladeo una sonrisa —No acepto el diagnostico y la llevó a central park y ahí nos dijeron que hay una oportunidad de salvarla.

—¿De verdad?...

—Lo que quiere decir que… o es un charlatán que no sabe lo que hace, aunque dudo que lo sea, o se vendió por unos cuantos dólares. —comienza a decir que no permitiría que denigrara su posición como medico y menos por una mugrienta mujer que no es capaz de pagar unas miseras pastilla. —Sabe, hubiera preferido que no dijera eso de mi madre.

—¿Madre?

—Ah, si… olvidé mencionarlo verdad, ella es mi madre y usted acaba de llamarla mugrienta mujer. Y eso no lo vo