Respingo al escucharlo en mi mente ¿Por qué hace eso?
— ¿Puedes comunicarte como una persona normal? — Respondo un poco alterada — Te he dicho la verdad y estoy algo cansada. Voy a tomar una ducha — Le digo y entro casi que corriendo a la sala de baño.
¡Dios! Qué estúpida soy, si acabo de ducharme.
Me desvisto de prisa y entro de inmediato a la ducha sin importarme que hace tan solo unos minutos acabo de salir de ella.
Cierro los ojos y apoyo mi frente contra los azulejos, estoy cansada de todo esto, de preocuparme por Ónix, por la manada, por Arcas y ahora por el bebé Arcas que debe nacer para que el otro siga existiendo.
Cierro
Estoy temblando, no sé qué esperaba de Ónix, su reacción me ha dejado sin palabras; estoy segura de que está furioso y lo peor de todo es que todavía no le he dicho lo de su madre.Me visto y tomo un poco de tiempo para maquillarme un poco, recojo mi cabello y salgo del cuarto de baño.— ¿Por qué diablos le prometiste eso y sin consultármelo? — Es lo primero que me dice cuando entro en la habitación.Se encuentra de nuevo de espaldas a mí, mirando por la ventana y a pesar de lo que acaba de pasar entre nosotros dos hace un momento, su cuerpo continúa tenso y diría que mucho más que antes.— Te he dicho que no tuve otra opci&oac
— Todos los jóvenes que se encuentran estudiando fuera del pueblo están regresando — Escucho a Luciano y tomo asiento en un sofá sin poder dejar de apretar la mano de Arcas.— Madre, vas a fracturarme la mano — Me dice y yo le pido disculpas.— Lo siento, solo estoy preocupada por esos chicos y por ti ¿Qué vamos a hacer? — Pregunto mirando a Ónix, que se encuentra de pie, frente a mí.— ¿El hombre de la cicatriz ha dicho algo? — Pregunta a Luciano y este niego de inmediato.— Nada, no ha dicho nada, pero seguiremos presionando — Responde — He visto a mi padre y no había logrado recuperarse ¿Qué le hizo Chris
— Nala, tienes que calmarte. Respira — A pesar de que Alondra intenta parecer tranquila, puedo sentir y oler su miedo, ¿desde cuándo estoy tan unida a ella? — Esperen, tiene que haber otra manera — Susurra. — ¿Dónde diablos está esa ambulancia? — Pregunta Ónix acercándose a Arcas — Apenas respira — La preocupación en su voz es demasiado patente, mi hijo está muriendo y yo estoy sintiendo mucho dolor. — ¡Lo tengo! — Exclama Alondra de improvisto y yo grito al sentir una fuerte punzada en el bajo vientre. — Arcas, debes sanarte a ti mismo — Le dice acercándose a él — Alondra, no puedes pedirle eso, ni siquiera puede respirar — Objeta Ónix tocado el cabello completamente húmedo de nuestro hijo. — A pesar de ser un h
— Ha llegado la ambulancia — Nos dice Luciano y todos nos quedamos mirándonos sin decir una palabra.— ¿Qué es lo que acaba de pasar? — Pregunta de nuevo Alondra, sentándose frente a nosotros dos.— Arcas se ha sanado así mismo — Explico mientras Ónix sale de la casa para poder hablar con los paramédicos de la ambulancia.— Nala, no sé lo que sentiste, pero podría jurar que sucedió algo muy extraño, como si entre este Arcas y el Arcas que se encuentra en tu vientre estuviese pasando algo — Dice Alondra.— El me transmitió los poderes con los que contaba antes de la transformación, toda
“— Mami, ¿Dónde estamos? — Observo todo a mi alrededor con mucha curiosidad.Mi madre me lleva tomada de la mano y me siento la niña más feliz del mundo porque nunca me toma de la mano o me toma en sus brazos como lo hacen las mamis de mis amigas de la guardería.— Vamos a jugar a un juego muy especial, hermosa mía — Sonrío de nuevo al escucharla ¡Me ha llamado hermosa mía! ¡Este es el mejor día de mi vida!Mi madre se pasea por el claro del bosque recogiendo pedazos de madera gruesa y fina, yo corro detrás de ella y la ayudo a hacerlo, está construyendo una hoguera.Aplaudo emocionada cuando termina de hacerlo, luego desaparece de mi vista por algunos minutos, pero continúa hablándome y me dice que pronto vamos a terminar. — Todo va a terminar, hermosa mía, no te preocupes — Vuelve al claro con dos
— Has enloquecido, Amara — Le responde la mujer — Joseph, desata a la niña, yo me ocupo de ella — Mi padre corre hasta donde me encuentro y empieza a patear el fuego con mucha fuerza.No quiero que se queme, pero observo como la mujer se vuelve a mirar hacia la hoguera y esta se apaga de inmediato.Mi padre desata mis pies y manos y me baja de la cruz, me toma en sus brazos y me cierra contra él con todas sus fuerzas. — Todo ha terminado, cariño. Lo siento, no debí dejarte con ella. Todo estará bien ahora — Susurra contra mi cabello mientras siento los latidos de su corazón acelerado y sus lágrimas humedecen mi cabello.— No llores papi, sabía que vendrías como en el cuento de Caperucita que llega el cazador — Le digo y escucho como llora un poco más fuerte. — ¿Dónde está mami? — Pregunto cuando logro que me libere y puedo observar el claro, ni mami, ni la her
— Mi hermosa niña, no puedes creerte mejor que tu madre. Recuerda que solo eres una humana y antes que nada, tienes que descubrir tus puntos débiles o vas a morir muy pronto — Me dice Amara y el malestar aumenta, el vientre me duele y siento como si el fuego se apoderara de mi cuerpo.— ¿Qué le sucede? — pregunta Alondra corriendo hacia mi lado.“Belladona, de alguna manera Amara se la ha suministrado a mi madre y eso la debilita”Escucho la explicación de Arcas y levanto la mirada hacia Amara, sin comprender como lo ha hecho ¡El humo!Soy como la antigua hechicera Amara y al parecer tengo las mismas debilidades que ella, a quien drogaron con belladona para neutralizar sus poderes y poder quemarla en la hoguera.“Salgan de aquí antes de que nosotros también seamos drogados”A penas Ónix termina de hablar, siento los brazos de Alondra y de
Me concentro en los lobos al escuchar el aullido de uno de ellos, parece que tienen hambre, pero hoy, no puedo ser parte de su menú.Mi manada no solo es la protectora de la luna, sino también de la naturaleza, en especial de los lobos. Al ser licántropos respetamos a nuestros ancestros y los lobos de una u otra forma lo son.Así que, no los tocamos a menos que no tengamos opción; pero hasta el momento, no había encontrado uno y la última persona que al parecer tuvo contacto con uno de ellos fue mi padre, hace muchas décadas.Sin darme tiempo a reaccionar, el primer perruno se lanza contra mí y de inmediato los otros tres lo siguen, me defiendo con los brazos y piernas, intento no lastimarlos, pero uno de ellos muerde mi tobillo, haciéndome apretar los dientes ante la molesta sensación.Cuando logro deshacerme con una fuerte sacudida del agarre de otro de ellos que se encuentra aferrado a mi brazo, s