Con sorna, le dije: "Vamos, Ro-Ro, ¿por qué clase de hombre me tomas?"."No es el hombre lo que me preocupa, Kit", continuó. "Bueno, no te preocupes. Puedo arreglármelas sola". Hice una pausa y volví a mirar el reloj. "Elige algo bueno. Estaré allí en media hora"."Entendido.*** Cuando llegué a c
Punto de vista de Seraphina"Oh, no. ¡No te acuestes con él! Está claro que es el asesino". murmuré, llevándome las manos al pelo mientras la última chica empezaba a desnudarse delante del novio. Por ridícula que fuera la trama, las películas de terror cursis eran mi placer culpable. "No, no. Eso e
Entré en la cocina, tratando de salir de mi cabeza.De repente, un fuerte golpe golpeó la puerta y jadeé, dejando caer el cuenco.Mi pensamiento inmediato fue: "Él está aquí. Está aquí por Annika". Mi corazón se aceleró, la adrenalina se disparó en todos los pistones. Luchar o huir, pero sabía que l
Incluso con las manos tan ásperas por el trabajo, me tocó con tanto cuidado.Espirales de anhelo se me enroscaron en el vientre, cayendo en cascada por mis piernas. Su boca parecía afelpada. Invitadora. Sentí la boca seca cuando su mirada se posó en mis labios, haciendo que mi lengua se asomara para
Punto de vista de SeraphinaTumbada en mi cama, con un pijama holgado y el pelo mojado de la ducha. Annika estaba en la habitación de al lado, durmiendo a pierna suelta por el sonido del vigilabebés.El dolor entre las piernas no había desaparecido. Ni siquiera con lo mucho que me retorcía, intentan
"¿Sera?" Kit saludó, con voz gruesa y atontada. Y al instante me golpeó otra oleada de lujuria. Su voz me hizo algo, me sonrojó la cara e hizo que la sangre hinchara mi sexo. Joder, eso me excitó. Todo lo que dijo fue mi nombre."O-oh. ¿Te he despertado?" pregunté. Maldito tartamudeo. Empeoraba cua
El punto de vista de Kit"Sí", susurró Sera al otro lado de la línea, provocando una oleada de lujuria en mi cuerpo. Seguía emitiendo gemidos entrecortados, con el corazón latiéndole con fuerza. No necesitaba verla ni olerla para oír lo excitada que estaba.Y, joder, si es que no me excitaba. Ahora
Un rubor precioso en toda la cara. "¿Estás...?", otro grito ahogado, "¿estás tocándote?"."¿Quieres que lo haga?" pregunté, con otra agonizante punzada de deseo recorriéndome, lo bastante fuerte como para hacer que se me enroscaran los dedos de los pies."Quiero oírte", pidió tímidamente. "Por favo