La relación entre las hermanas prácticamente mejoró del agua al vino, quien las viera hablar jamás se imaginaría que ambas habían pasado tanto tiempo separadas y la verdad es que ninguna de las dos tenía la culpa de la situación en la que se encontraban. Se acercaba la primera ecografía de la joven embarazada y ambos parecían muy ansiosos por ver por primera vez el cuerpecito del niño que se generó, y en el caso del padre la situación no era diferente, su rostro expresaba una mezcla. de ansiedad y felicidad que lo dejaba todo tonto, un legítimo padre búho.

Karen todavía parecía sentirse culpable por la ira que había albergado con su hermana mayor durante tanto tiempo, pero parecía consciente de que ya había sido perdonada, y mientras empacaban la maleta tendría que mudarse, de vez en cuando sus ojos regresó, si preocupada la