Capítulo 36
—Espera.

Todavía no había terminado de ponerse el collar, y sus dedos seguían rozando la piel de Julia, haciéndola sentir agitada. No pudo evitar urgir:

—Date prisa.

—No te muevas— le ordenó, pero ella seguía moviéndose. ¿Cómo podía ponérselo si ella no se quedaba quieta?

Julia tuvo que contenerse y no moverse.

Se cansó un poco de ponerlo, así que la giró directamente hacia él y se lo puso cara a cara.

Cuando Julia levantó la mirada, se encontró con su apuesto rostro, el hombre bien vestido parecía un rey con autoridad, irradiando nobleza y elegancia.

Julia no se atrevió a mirarlo directamente y bajó las largas pestañas.

Andrés notó su nerviosismo y la observó por un momento. Ella se quedó roja y quieta en sus brazos, como una hermosa muñeca de porcelana.

—Cuando entremos, colabora conmigo— le advirtió con firmeza.

Julia lo miró, con los ojos brillantes,

—Si me comporto bien, ¿dejarás de perseguir a Emilia?

—Sí.

Julia sonrió.

Ambos entraron juntos por la puerta principal, solo para e
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