Capítulo 235
Julia, con determinación, mordió la lengua de él.

Andrés la soltó adolorido, con un hilo de sangre en la comisura de los labios. Lo limpió y su rostro se oscureció. —¿Te gusta tanto morder?

Julia notó un destello frío y afilado en sus ojos, se asustó e intentó retroceder, pero él la sujetó por la cabeza y le mordió la clavícula.

Le dejó una profunda marca de dientes, haciéndola sangrar.

Julia frunció el ceño de dolor. —Andrés, suéltame, me estás lastimando...

No solo no la soltó, sino que le sujetó ambas manos sobre la cabeza y mordió más profundo. Luego lamió suavemente la herida, provocando un estremecimiento indescriptible.

Julia tembló de dolor y lo oyó decir: —Uno cada uno, es justo.

Julia quería fulminarlo con la mirada, pero con los ojos enrojecidos, no parecía feroz sino adorable.

Él mostró un destello de deseo de conquista en sus ojos y dijo peligrosamente: —Duérmete, o no me culpes si pierdo el control.

Julia, asustada, dejó de resistirse y cerró los ojos sin moverse.

Este ho
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